El hombre que le 'dispara' a las mascotas

Fotografiar a una mascota que no es tuya es como intentar capturar en foto las emociones de un hijo ajeno. 

No parece cosa fácil cuando hay que captar en un segundo los detalles de la raza, la gracia y la “personalidad” del ser que es considerado por muchos dueños como otro integrante del hogar, porque no hay otra explicación para estar dispuesto a invertir mínimo 150 mil pesos en la realización de un estudio fotográfico que permita luego convertir esas imágenes en parte de los álbumes familiares, en cuadros decorativos o en el recuerdo de tu amigo peludo más amado.

No es solo poner al animal, hacer sonar un pito y obturar la cámara. Debe haber algo más. Una “empatía” entre el fotográfo y la mascota para lograr "casi que pose para la lente".

Una amistad alimentada rapidamente de las buenas energías que se entrecruzan entre artista y sujeto del arte. Y que afloran con mayor acierto en alguien que ha conocido de cerca los casos más infames de violencia animal en una ciudad como Cali. 

El hombre que dispara su cámara para congelar la dulce expresión de un cachorro criollo o la incalculable sensibilidad de un Rottweiler de casa comenzó esta idea haciendo su propia campaña contra el maltrato animal en 2012.

 “Héroes para ángeles nació para destacar como "héroes” a aquellas personas que adoptan y ayudan a recuperar a animales de la calle que rescataba, casi siempre en condiciones lamentables, y llamar “ángeles” a esos seres que terminan cambiando la vida de esos héroes". Cuenta Wilbert quien al tiempo documentaba con piezas audiovisuales esta ejemplar tarea.

 En el camino conoció a Carolina Agudelo, otra amante incondicional de los animales, y solo bastó este impulso para desarrollar juntos la fotografía de animales con el único objeto de recolectar fondos para la Fundación Mascotas Perdidas Cali. 

“En redes vi a Carli Davidson, una fotógrafa de Estados Unidos y a mucha gente que hace este tipo de labor que era rescatista., Caro me da el empujón y comenzamos a trabajar en servicio de los animales, divulgar esa información por redes sociales y a quienes querían fotografiar a sus animales como de compañía. Lo primordial es que los fondos van para la fundación” dice Wilbert.

Y no es superstición pero todo animal, de los rescatados, que es fotografiado por Castillo, parece potenciar ese carisma a tal punto que siempre resulta adoptado por una familia dispuesta a hacerle olvidar todos los traumas que padeció en la calle.

“Porque creo que mostramos al animal en un entorno diferente. Siendo casi todos criolllos, lo ponemos bonito para la foto y a la gente le gusta. Primero recuperado y luego enaltecido porque la foto muestra la imagen del animal enaltecido”

¿Y cuándo no son tan bonitos?

Wilbert: Para mí todos los animales son bellos pero en caso de que no son agradables visualmente les ayudamos con sombreros, abrigos, accesorios…y se ven bellos!

¿Qué pasa cuando el animal es una mascota de casa? El tratamiento es otro?

Wilbert: Cuando la gente nos llama para hacer un estudio, conocemos primero al animal, su historia, su familia, si podemos ir antes, lo hacemos, para además tener una propuesta según la personalidad del animal para proponer elementos visuales como gafas, muñecos o sus juguetes favoritos. Una sesión puede tardar una o 4 horas. Pero eso no afecta el costo.

¿Cuál ha sido el estudio fotográfico más curioso que ha hecho?

Wilbert: Lo más gracioso son los lugares donde me ha tocado meterme para fotografiarlos. Una vez me tocó meterme a un closet para hacerle la foto a un gato,  entre los zapatos y la ropa de la señora. Otra vez debajo de una cama.

Tildado de loco por muchos, Wilbert Castillo reparte su vida entre la realización audiovisual, las cátedras de fotografía para una institución del Sena en Cali, el rescate, la fotografía de animales y el sueño de hacer cine en un futuro cercano. Es su proyecto personal, su manera de expresarse y de ayudar en un país con tantas necesidades. 

Mónica Vengoechea/NoticiasRCN.com