Ojos que no ven…los riesgos de someterse a tratamientos estéticos en lugares inapropiados

A esta agremiación, que hace más de 50 años que vela por la calidad académica y buen desempeño de sus afiliados, le sorprende “el número cada vez más creciente de pacientes, -sobre todo mujeres-, que acuden a esteticistas, estilistas o peluqueros que ofrecen este tipo de servicios pero que no tienen la preparación en las áreas de la medicina que permiten entender la anatomía de la cara”.

Antes de compartir algunas señales a observar durante las citas previas al tratamiento invasivo de nutrición o rejuvenecimiento del rostro, que puede ser colocación de ácido hialurónico, toxina botulínica, sueros estimulantes o plasma (extraer sangre del paciente, centrifugarla y usar las plaquetas para nutrir la piel); es importante aclarar que todo procedimiento médico tiene riesgos. 

“Al mejor cazador se le va la liebre”, dice Luis Montaño, médico especialista en medicina estética. Hay que saber que el efecto de las sustancias legales pueden no ser las mismas en todos los organismos. Pero el hecho de ponerse en manos y en lugares correctos sí permite tener el control de los riesgos.

“De tal forma que si usted está en un consultorio de garaje sin los equipos y sin la gente experta en contrarrestar algún efecto adverso, lo más seguro es que después cuando desee corregir el mal resultado ya sea algo tarde”, señaló el también médico deportólogo.

- Que la persona a practicarle el procedimiento estético tenga su título de médico a la vista y en un consultorio acreditado por la Secretaría de Salud de la ciudad a través de una certificación que también debe estar a la vista.

-No se deje inyectar o aplicar de modo invasivo alguna sustancia por una esteticista, enfermera o auxiliar de enfermería. Mucho menos por un peluquero.

-Los especialistas idóneos para adelantar este tipo de intervenciones en la zona periorbitaria (alrededor de los ojos) son cirujanos plásticos, otorrinos, oftalmólogos y/o dermatólogos.

-Un médico general formado en medicina estética con experiencia en aplicación de toxina botulínica o ácido hialurónico también puede hacerlo.

-Revise el perfil médico, los años de experiencia, capacitación, referencias y trayectoria del especialista. 

Según Luis Montaño, suma la pericia que debe tener el médico porque por ejemplo “la zona glabelar o del entrecejo exige experticia por parte del especialista por ser de difícil manejo y si aún siendo médico con todos los requisitos no tiene experiencia en manejo de zonas puntuales puede ser muy riesgoso para el paciente”.

-Constate con las páginas oficiales de agremiaciones avaladas por universidades nacionales y extranjeras como la Asociación Científica de Medicina Estética, Acicme o la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica estética y Reconstructiva (Sccp) donde están registrados los especialistas autorizados para ejercer estas prácticas.

 -Los costos de los procedimientos son indicadores. Infórmese. Si una sesión de toxina botulínica o un relleno de cara de buena calidad vale no menos de 1 millón de pesos sospeche si le ofrecen hacerla por 400.000 pesos. Existen productos de calidad regular que aumentan el riesgo de generar efectos secundarios. 

- Tampoco es recomendable que vayan a su casa o que se lo practiquen en un spa. Lo indicado es que se haga en un consultorio médico, con equipos, neveras, material esterilizado, sustancias y productos sellados y avalados por el Invima como también disposición de desechos tóxicos, y equipos de monitoreo y reanimación si es una intervención más compleja.

-Engañar al paciente haciéndole creer que lo inyectado es ácido hialurónico cuando en realidad son sustancias ilegales a nivel mundial como, biopolímeros o siliconas líquidas, le hablan de la dudosa ética profesional del “experto” al que ha acudido.

-Profesar respeto y sentir miedo hasta cierto punto por estos tratamientos invasivos no es tan malo. Esto lo llevará a asegurarse de contar con la información suficiente de la persona al que le va a confiar su salud.

De acuerdo con el doctor Ernesto Barbosa, “muchos de estos casos ocurren por exceso de confianza de ambas partes y porque en Colombia aún no hay una legislación que regule la práctica de estos procedimientos estéticos”.