A los 5 años Nando López venció la timidez con una tarea de escritura. A los 11 ganó en contra de su voluntad un concurso de poesía y a los 18 publicó el primer libro. Hoy viaja la mitad del tiempo para hablar con niños y adolescentes.
“Necesitan que nosotros, los adultos, nos pongamos a su nivel, los oigamos con cariño, con ternura, pero también con sentido crítico. Creo que a veces los subestimamos como si fueran inferiores o no supieran de lo que hablan cuando al revés, es una generación muy crítica y tiene mucha inquietud por el mundo”, aseguró el escritor español.
A Nando le corren por las venas y a partes iguales la creatividad y la pedagogía. Eso, en parte, explica el encanto que ejerce en esos públicos.
Los personajes de Nando son lo opuesto a príncipes, doncellas y héroes con los que soñamos muchas generaciones. Algunos de esos mitos le caen mal.
En cada libro y en cada encuentro, como en Tierra Baja, Cartagena, se esmera porque los niños y jóvenes se aparten de peligros que rondan en el todo el mundo.
“Tenemos que acabar juntos con lacras tan terribles como el machismo, la homofobia, están ahí en todas partes y creo que la literatura nos puede ayudar”, añadió López.
Su falta de pelos en la lengua está respaldada por argumentos y por historias que cautivan a un público esquivo.
Cree que la literatura está hecha para conversar con la gente, por eso le gustan tanto estos encuentros.