Internacionalnoviembre 20, 2014hace 9 años

Indocumentados en EE.UU. celebran perder el miedo a las deportaciones

Grupos proinmigrantes en el país se reunieron para escuchar el discurso del presidente Obama.

Muchos indocumentados celebraron el anuncio del presidente Obama. Foto: EFE.
El alivio ante el temor a las deportaciones une a millones de indocumentados que se pueden beneficiar de las acciones ejecutivas anunciadas este jueves por el presidente de EE.UU., Barack Obama, y que por tanto tiempo fueron esperadas por la comunidad inmigrante hispana.
  
"Ya no tenemos que andar escondidos, ni con miedo a la deportación", dijo la hondureña Yeisy Alcántara, quien se mostró esperanzada de poder detener la repatriación de su esposo que está en un centro de detención de inmigrantes en Miami.
  
Grupos proinmigrantes en el país se reunieron este jueves para escuchar un discurso en el que Obama ofreció la posibilidad de legalización temporal a por los menos cinco de los 11 millones de indocumentados que se calcula viven en Estados Unidos.
  
"Obama está pagando hoy una deuda con la comunidad inmigrante", dijo la activista migratoria Nora Sandigo, quien indicó que aunque no es un reforma migratoria, es "un buen paso en la dirección correcta, que además pone presión al Congreso".
  
Las medidas ejecutivas de Obama, tomadas ante la incapacidad legislativa de aprobar una reforma migratoria, fueron celebradas por líderes comunitarios y políticos latinos que han presionado durante años al presidente a impulsar el tema migratorio y a detener las deportaciones, que han alcanzado niveles récord de unas 400.000 al año.
  
"Voy a trabajar para registrar a las familias cubiertas, y a mantener la lucha por las que no lo fueron", señaló el congresista demócrata por Illinois, Luis Gutiérrez, quien destacó la "valentía" de Obama ante la gran oposición que el anuncio ha tenido entre los conservadores.
  
Para republicanos como los congresistas por Florida Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen, la medida unilateral de Obama "dificulta aún más la aprobación de una reforma", al reiterar la necesidad de trabajar en "una medida legislativa bipartidista".
 
El decreto presidencial beneficiará a los indocumentados que tengan hijos que son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes, que demuestren que llevan en el país desde antes del 1 de enero de 2010 y carecen de antecedentes criminales.
  
"Estoy esperanzada con esta gran noticia", dijo la hondureña Alcántara, quien llegó hace ocho años Estados Unidos, donde vive con su esposo y sus tres hijos, dos de ellos estadounidenses.
  
Las nuevas medidas  evitarán la amenaza de la deportación por tres años y facilitarán la obtención de un permiso de trabajo.
  
Sin embargo, otros indocumentados como la mexicana Rosa Robles, no podrán escapar a la deportación.
  
"Esa es mi mortificación y mi tristeza, porque yo estoy desde antes de tener a mis hijos, pero por el hecho de haber tenido visa, fui y los tuve en México", dijo con frustración esta inmigrante que lleva más de cien días refugiada en la Iglesia Presbiteriana del Sur de Tucson, en Arizona, evadiendo la repatriación.
  
Según el anuncio de Obama, las deportaciones se centrarán ahora en los criminales y personas con delitos vinculados a la seguridad nacional, y también en aquellos que cruzaron la frontera desde el 1 de enero pasado.
 
La activista soñadora Erika Andiola señaló que es una victoria "parcial" que la impulsa más que nunca a seguir luchando, al explicar que su madre, María Arreola, quedó por fuera del alivio, como cualquier otro padre de los estudiantes indocumentados que fueron favorecidos en 2012 con la primera medida ejecutiva migratoria.
  
No obstante se mostró feliz de que "el presidente finalmente ha utilizado su poder ejecutivo ante una oposición irracional y la falta de acción del Congreso".
  
El alcalde de Chicago (EE.UU.), Rahm Emanuel, también aplaudió la decisión presidencial al considerar que "es bueno para nuestras familias y para nuestra economía".
  
"Yo siempre creí en el Presidente. Hubo días que casi pierdo la confianza, pero no fue así. Y finalmente llegó este histórico día", dijo por su parte el peruano Tony Yapias, presidente del Proyecto Latino de Utah (EE.UU.). 
 
Activistas no renuncian a la reforma
 
Decenas de grupos defensores de los derechos civiles y activistas en inmigración de todo Estados Unidos respaldaron las medidas del presidente, Barack Obama, y ahora exigen al Congreso que cumpla su parte y apruebe la reforma integral estancada desde 2013.
  
Las principales organizaciones, que durante años han llevado sus protestas por toda la nación para exigir una solución para los más de 11 millones de indocumentados, celebraron el paso adelante del presidente ante el bloqueo republicano, pero dejaron claro que no renuncian a la reforma completa.
  
"La acción de hoy es una victoria del presidente, una victoria de millones de familias y trabajadores, una victoria de nuestro país y una victoria del sentido común", defendió la presidenta del Consejo Nacional de La Raza e influyente líder hispana, Janet Murguía.
 
Hace nueve meses, Murguía lanzaba una de las críticas más contundentes de la comunidad hispana contra Obama: en una importante entrega de premios, lo llamó "deportador en jefe" por el número récord de inmigrantes expulsados del país durante su mandato, más de dos millones.
  
Este jueves, sin embargo, cargó tintas contra los republicanos, a quienes se refirió: "aquellos que dicen que lucharán con uñas y dientes contra esta acción deben saber que no están buscando una lucha contra el presidente".
  
"Están buscando una lucha contra millones de familias estadounidenses que tendrán un cierto alivio a pesar de que los extremistas del Congreso desperdiciaron la mejor oportunidad que ha tenido nuestro país en décadas para resolver este asunto", añadió en referencia a la reforma migratoria.
  
Obama se decidió a actuar unilateralmente en inmigración tras esperar un año a que los republicanos desbloquearan en el Congreso su ambiciosa reforma migratoria integral aprobada por el Senado en junio de 2013.
 
"Ahora le toca al Congreso hacer su trabajo y aprobar una reforma que perdure en el tiempo", consideró el presidente de Human Rights Campaign, Chad Griffin, en una nota.
  
La decepción del plan de Obama para los activistas es que deja fuera a los padres de los jóvenes que llegaron al país ilegalmente siendo niños, conocidos como "dreamers" (soñadores).
  
La DREAM Action Coalition expresó así su "alegría" por aquellos que pueden salir de las sombras con las medidas del presidente, pero subrayó su preocupación por "aquellos que se han quedado fuera".
  
La directora ejecutiva de MomsRising, Kristin Rowe-Finkbeiner, recordó que casi tres cuartos de los indocumentados del país son mujeres y niños, y apuntó que ahora le toca al Congreso "seguir el liderazgo de Obama" y aprobar medidas completas y permanentes.
  
En una concentración frente a la Casa Blanca, el director de la organización de defensa de los derechos de los inmigrantes Casa de Maryland, Gustavo Torres, celebró las medidas de Obama como "el resultado de la lucha del movimiento que hemos creado las organizaciones hace 20 años".
  
También apoyaron las medidas del presidente los grupos Asian Americans Advancing Justice, Define American, Labor Council for Latin American Advancement (LCLAA), Leadership Conference on Civil and Human Rights, League of United Latin American Citizens (LULAC), Mi Familia Vota, MomsRising, NAACP, National Action Network, National Coalition on Black Civic Participation (NCBCP), National Urban League, Rock the Vote y Voto Latino.
  
Las medidas de Obama regularizan a cerca de la mitad de los 11,3 millones de indocumentados que viven en el país, según los cálculos del Gobierno, de los cuales la mayoría son latinoamericanos y más de la mitad mexicanos. 
 
EFE
 

 

por:Autor Noticias RCN

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