El exprimer ministro portugués, de 67 años, recibió el cargo de secretario general de la ONU de manos del surcoreano Ban Ki-moon, heredando complejas crisis en Siria, Sudán del Sur, Yemen, Burundi, Corea del Norte y otras partes.
"¿Cómo podemos ayudar a millones de personas atrapadas en conflictos, sufriendo masivamente en guerras sin fin a la vista", indicó Guterres.
"Las civilizaciones son golpeadas por una fuerza mortal. Mujeres, niños y hombres son muertos y heridos, expulsados de sus hogares, desposeídos y desamparados", dijo.
"Nadie gana con estas guerras; todos pierden", añadió.
En 2017, Guterres pidió al mundo que tome "una resolución de Año Nuevo compartida: decidamos poner la paz en primer lugar".
"Hagamos de 2017 un año en el que todos -ciudadanos, gobiernos, líderes- nos esforcemos por superar nuestras diferencias", añadió.
La elección unánime de Guterres -quien defendió los derechos de los migrantes como Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados durante una década- ha vigorizado a los diplomáticos de la ONU, que lo ven como un hábil político que puede ser capaz de superar las divisiones que complican a la organización internacional.
"La paz debe ser nuestra meta y nuestra guía", dijo. "Todo por lo que nos esforzamos como familia humana --dignidad y esperanza, progreso y prosperidad-- depende de la paz", indicó.
"Pero la paz depende de nosotros", añadió.
AFP