La coexistencia en Jerusalén: juntos, pero separados y con miedo
La tensión en la Ciudad Santa se siente en cada esquina. Una ola de ataques "solitarios" ha agravado la situación.
Noticias RCN
noviembre 24 de 2014
11:16 a. m.
11:16 a. m.
Las dos empleadas de una tienda de Jerusalén llevan ropa y maquillaje similar y aunque sólo sus nombres las identifican como israelí y palestina, saben que los acontecimientos exteriores podrían poner a prueba su amistad.
Avital e Iman pasan la jornada conversando en un comercio de ropa barata en Jerusalén Oeste. Parecen casi idénticas, vestidas con la colección de invierno de la tienda, y peinan de la misma forma sus cabellos negros bien lacios.
Sin embargo, meses de violencia en la Ciudad Santa, incluyendo una ola de mortíferos ataques palestinos contra israelíes, aumentaron la tensión. Se trata de un tema que Avital e Iman evitan discutir.
La semana pasada, dos palestinos armados con una pistola y cuchillos de carnicero mataron a cinco personas en una sinagoga. Fue la culminación de varios meses de tensión, tras una serie de aparentes ataques solitarios, incluyendo personas embestidas por automóviles cuyos conductores se dieron a la fuga y que mataron a cuatro personas.
"Hemos trabajado juntas durante varios meses, y nos llevamos bien", dijo Iman, de 21 años, que vive en el barrio árabe Beit Safafa de Jerusalén Este.
"Pero evitamos conversar sobre lo que ha estado sucediendo, porque ambas sabemos que la conversación podría terminar mal", agregó.
Avital, de 22 años, que vive en el barrio judío de Talpiot, está de acuerdo en que es mejor evitar ciertos temas.
Quemado vivo
"Nosotros no hablamos sobre los incidentes. Está lo que sucede en la tienda, y lo que sucede afuera. Son dos cosas diferentes", añadió.
La violencia en Jerusalén comenzó en serio en julio, cuando extremistas judíos quemaron vivo a un palestino de 16 años en una aparente venganza por el asesinato de tres adolescentes judíos en Cisjordania ocupada.
La guerra de julio y agosto de este año en la Franja de Gaza, que costó la vida a casi 2.200 palestinos y a 73 israelíes, exacerbó las tensiones y condujo a enfrentamientos casi diarios entre la policía y los jóvenes de Jerusalén Este.
Existe una frágil coexistencia en los parques públicos, los centros comerciales y los lugares de trabajo. Los palestinos cruzan Jerusalén de este a oeste, a menudo para ejercer trabajos domésticos.
Pero aparte de las necesidades profesionales o económicas, los israelíes y los palestinos no se mezclan, y se evitan cada vez más por miedo a ataques al azar o por venganza.
"Tengo miedo de ser atacada", dijo Iman, que no quiso dar su apellido.
Raada, una palestina que trabaja en un jardín de infantes de Talpiot, dijo que los padres judíos ahora la miran con miedo.
"Me enteré de que algunos padres pidieron al Shin Bet (el servicio de inteligencia interior israelí) que me investigase", dijo, negándose también a dar su apellido.
"He cuidado a niños judíos durante años. Todas las mañanas, los chicos de estas familias vienen y me abrazan. ¿Eso no es suficiente prueba para ellos?", protesta.
Delphine Matthieussent/AFP
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