Distrito ultima detalles para la entrega del deprimido de la calle 94

Tras casi una década de retrasos, prórrogas y sobrecostos, el distrito destrabó y finalizó la construcción del deprimido de la calle 94, una obra que se había convertido en símbolo de corrupción e ineficiencia en Bogotá.

El intercambiador vial permitirá 18 giros, eliminará siete cruces semafóricos y mejorará los tiempos de desplazamiento en esta estratégica zona del norte de la ciudad.

En 2009 el Distrito anunció que la megaobra costaría 46 mil millones de pesos,  sin embargo, su costo final fue de 166.793 millones de pesos, lo que significó que la adición presupuestal que se le hizo fue de 120.793 millones de pesos, casi cuatro veces del presupuesto inicial.

Tras seis años de trabajos en ese punto de la capital, en noviembre del 2015, los vecinos del sector se quejaban de que los trabajos no avanzan con prontitud, debido a toda clase de problemas.

Por ejemplo, desde el 2014 varias entidades de la propia Administración se vieron enfrascadas en desacuerdos sobre la reubicación de la red matriz de acueducto Tibitoc, que atraviesa la obra y había paralizado su construcción. Esta red suministra agua a casi cuatro millones de ciudadanos.

En enero de 2016, la directora del IDU, Yaneth Mantilla, realizó los trámites necesarios para trasladar la gigantesca tubería y reiniciar las obras detenidas. Así se logró el desvío de 725 metros lineales de la red matriz Tibitoc y el contratista pudo terminar las actividades retrasadas.

Además, la Administración les exigió un trabajo arduo al contratista y al interventor, y en los últimos meses trabajaron en jornadas extendidas hasta la madrugada. Los vecinos notaron la rapidez y eficiencia en la ejecución de la obra.