Ventajas y desventajas de un nuevo Día sin Carro y Moto en Bogotá
Aunque hay mejoría en el ruido y en la movilidad, expertos dicen que el impacto positivo para el medio ambiente no es tan alto. Comerciantes dicen que sufren pérdidas económicas.
Noticias RCN
abril 09 de 2015
02:57 p. m.
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Dos meses después de que se llevara a cabo el Día sin Carro y sin Moto del 2015 en Bogotá, el alcalde de la ciudad Gustavo Petro ya anunció que el próximo 22 de abril se realizará una nueva jornada. Petro, quien firmaría en los días siguientes el decreto que da vía libre a la iniciativa, insiste en que se trata de una oportunidad de aportar al mejoramiento del medio ambiente y de contribuir a la movilidad de la ciudad, que cuenta con casi 1,5 millones de vehículos particulares, y que por eso adelantará por primera vez esta actividad dos veces en un mismo año.
Pero, pese al éxito de jornadas previas, han surgido algunos cuestionamientos a la decisión del Alcalde ya que hay quienes aseguran que el impacto ambiental no es tan positivo y que, además, se afecta el comercio y la movilidad de los ciudadanos, pues ha ocurrido que el servicio público de transporte es superado por la cantidad de usuarios que debe atenderse en este día y queda al borde del colapso.
Para Germán Restrepo, experto en gestión de calidad del aire, el argumento de que el Día Sin Carro contribuye a disminuir la contaminación ambiental provocada por los vehículos es una falacia, ya que –explica- aunque es verdad que se reducen índices de azufre e hidrógeno en el ambiente, el verdadero problema son las partículas de combustible quemado que van a parar al aire y que se mantienen allí durante tres días, siempre y cuando no haya lluvia.
"El material que afecta realmente la salud es el combustible que se quema en los motores y queda flotando por al menos tres días en el aire, porque son partículas muy pequeñas, microscópicas. Es decir que no pasa mayor cosa cuando se suspende el tránsito de vehículos motorizados, porque simplemente el ambiente estará lleno de las micropartículas de días pasados".
Restrepo, quien ha analizado los resultados de jornadas pasadas, dice que además el medio ambiente puede incluso verse afectado, ya que para contrarrestar la falta de vehículos particulares, hay quienes hacen circular buses muy antiguos que emiten gases dañinos para la salud humana, saturando incluso más el ambiente, en comparación con jornadas normales.
Otras críticas que ha recibido el nuevo Día sin Carro vienen de parte de los comerciantes de la ciudad.
"Es preocupante, la productividad de la ciudad se vuelve a caer. Hemos visto cómo las ventas a los comerciantes se caen en más de un 50%, un 40% que se resta de la productividad de la ciudad. Esto pasa a ser casi un día festivo", aseguró Juan Esteban Orrego, director de Fenalco.
Según Orrego, la decisión tomada por el alcalde también afecta el cumplimiento de las citas que los ciudadanos acordaron en distintos puntos de la ciudad, especialmente las que tienen que ver con temas laborales. Según datos de Fenalco, estas caen hasta en 62%.
"Cuando empezamos a tener estos nuevos episodios estamos incrementando más festivos al año o días de baja producción, porque en eso se convierten", concluyó el director de Fenalco.
El sector productivo automotriz también dice verse afectado por la medida. Según el presidente de Asopartes, Tulio Zuluaga, solamente en el último Día sin Carro del 5 de febrero pasado, sus ganancias se redujeron en 70%.
Otro de los problemas que presenta la actividad es el acceso y la calidad del servicio que prestan los vehículos de transporte de servicio público como Transmilenio y el SITP. Durante la jornada pasada, los buses azules tuvieron un aumento de 117.000 usuarios, mientras que los articulados recibieron 100.000 pasajeros más.
Esto generó inconvenientes de movilidad, ya que la saturación de los vehículos y las estaciones generó trancones y retrasos a las personas que iban a trabajar o a sus lugares de estudio.
Las ventajas
La iniciativa del Día sin Carro ya cumple 15 años desde que se realizó por primera vez en Bogotá, después de que se llevara a cabo una consulta popular en la que los ciudadanos avalaron que se realizara esta actividad una vez cada año, el primer jueves del mes de febrero.
En esta oportunidad, sin embargo, la luz verde a la segunda jornada de 2015 la dio el alcalde Petro, basándose en una encuesta realizada por el Distrito que dice que el 88,3% de los bogotanos están de acuerdo con la medida y que el 80% cree que debería haber más de una de estas actividades en el año.
Durante el último Día sin Carro, el uso de medios de transporte no motorizados como las bicicletas subió en 175% y el número de peatones creció 19,2%.
Además, se generó una reducción en los índices de ruido en varios puntos de la capital del país. Un informe de la Secretaria de Ambiente Distrital reseñó que en vías como la avenida Circunvalar, la carrera 19, la calle 80 y la Autosur hubo una caída de entre 41% y 16% en hora pico, y de entre el 57% y el 21% en las horas valle.
Juan Pablo Bocarejo, experto en movilidad dice que estas iniciativas llevan a Bogotá a hacer parte de la tendencia mundial de mejoramiento de la movilidad y de uso del automóvil para transporte urbano para realizar actividades diarias.
"El Día Sin Carro nos invita a buscar prácticas de transporte distintas al carro. Creo que cada nuevo Día sin Carro trae gente nueva a la bicicleta y al transporte público", concluye Bocarejo.
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