A pocas horas de que inicie la audiencia de acusación contra Rafael Uribe Noguera, la familia de Fernando Merchán, el vigilante que tenía turno en el edificio Equus 66 el día que asesinaron a la niña Yuliana Samboní, rompió su silencio y aseguró que el vigilante habría sido presionado para que se suicidara.
"A él lo indujeron porque la administradora del edificio dijo que él tenía parte de responsabilidad. Lo mismo que el supervisor", indicó Olga Casallas, hijastra del fallecido.
La mujer, incluso, no descartó un asesinato. "Hay dos hipótesis: lo mataron o a él lo indujeron a que pasara esto".
Por su parte, el abogado de la familia del vigilante solicitó a la Fiscalía que realice varias pruebas para determinar si el hombre recibió presiones que lo indujeron a quitarse la vida.
"De acuerdo al perfil sicológico 'post mortem' que están haciendo nuestros psicólogos en la firma, consideramos que él no tenía ese perfil para suicidarse, era una persona amable, familiar", dijo el jurista Miguel Ramírez.
Además, la mujer dijo que su padrastro no tuvo nada que ver en el supuesto encubrimiento del asesinato de la menor de edad.
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