En las calles de Bucaramanga trabaja Luz Amparo González, una mujer de 59 años que busca su sustento vendiendo minutos y caramelos porque desde hace nueve años le han negado su pensión.
Durante 23 años laboró como técnica de imágenes diagnósticas en la unidad de rayos x del liquidado Hospital Ramón González Valencia pero un accidente cambió su vida.
La mujer dice que una moto la atropelló y estuvo a punto de perder una pierna, desde ese momento fue despedida, por lo que tuvo que demandar, pero de todos modos no le volvieron a dar trabajo por su nueva condición.
Despedida injustamente y pese a su discapacidad no fue pensionada por invalidez, hecho que la obligó a rebuscarse el sustento de sus dos hijas y su madre. Su expediente reposa en un juzgado y sus familiares imploran la intervención de las autoridades para dignificar la vida de los adultos mayores de Colombia.
Con sus muletas, Luz Amparo recorre las calles de Bucaramanga para ganarse lo del diario y lucha para recibir su anhelada pensión, la cual ha estado esperando desde hace ya una década.