"Mi retiro obedece a una decisión política": general Barrero

Luego de las declaraciones del presidente Juan Manuel Santos y del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, este martes, el comandante saliente de las Fuerzas Militares, general Leonardo Barrero, se declaró satisfecho por su labor ejercida en los 39 años que le sirvió al Ejército Nacional y precisó que su salida se debe a una decisión política.

"Salgo con la tranquilidad y satisfacción de haber actuado en el marco de los principios y valores que rigen la vida militar. Mi retiro obedece a una decisión política que se produce por un infortunado episodio relacionado con una conversación privada hace dos años con un oficial subalterno sindicado por el delito de homicidio, quien manifestó su inquietud sobre un presunto montaje en contra suya", dijo el general en rueda de prensa.

El general Barrero reiteró sus disculpas a la Fiscalía por las palabras utilizadas en dicha conversación.

"Ante la gravedad de lo comentado empleé expresiones inapropiadas por lo cual reitero mis disculpas al ente investigador", dijo.

En relación a la presunta corrupción al interior del Ejército, el general dijo que espera que los uniformados involucrados puedan ejercer su derecho a la legítima defensa y se aclare qué fue lo que pasó.

"En relación con las denuncias por las presuntas irregularidades en procesos de contratación del Ejército, espero que los señores oficiales mencionados en las grabaciones puedan ejercer su derecho a la legítima defensa y al debido proceso como todo ciudadano", enfatizó el general.

Durante su discurso, el general no le agradeció al presidente de la República ni al ministro de Defensa.

En remplazo del general Leonardo Barrero llega el general Juan Pablo Rodríguez, quien era el comandante del Ejército Nacional.

"El día de hoy paso al retiro con la frente en alto y mirando al pueblo colombiano. Después de 39 años de portar con orgullo el uniforme camuflado, sirviendo al país, a mis fuerzas militares y en especial a mi Ejército Nacional.

Salgo con la tranquilidad y satisfacción de haber actuado en el marco de los principios y valores que rigen la vida militar. Mi retiro obedece a una decisión política que se produce por un infortunado episodio relacionado con una conversación privada hace dos años con un oficial subalterno sindicado por el delito de homicidio, quien manifestó su inquietud sobre un presunto montaje en contra suya y ante la gravedad de lo comentado empleé expresiones inapropiadas por lo cual reitero mis disculpas al ente investigador.

En relación con las denuncias por las presuntas irregularidades en procesos de contratación del Ejército, espero que los señores oficiales mencionados en las grabaciones puedan ejercer su derecho a la legítima defensa y al debido proceso como todo ciudadano.

A los integrantes de las Fuerzas Militares, verdaderos pilares de la democracia, les pido que continúen adelantando las operaciones ofensivas que permiten neutralizar las amenazas que se ciernen sobre Colombia, pero que igualmente continúen trabajando por el fortalecimiento de los vínculos con las comunidades, con todos los sectores sociales, económicos y empresariales, en particular con aquellos habitantes de las áreas rurales, campesinos, indígenas y afrodescendientes, comprendiendo que la construcción de confianza, conceptos y leguajes comunes no pasa por la imposición sino por el respeto y reconocimiento mutuo. 

Hoy nos encontramos inmersos en una coyuntura especial, un momento que hace necesario el fortalecimiento de los lazos entre los hombres y mujeres del Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada Nacional y la Policía Nacional.

Tengo la esperanza que con la unión de esfuerzos y el compromiso que nos caracteriza, nuestra institución no será objeto de negociación en escenario alguno, presente o futuro, y bajo ninguna circunstancia. 

Invito a los soldados de tierra, mar, aire y río de las gloriosas Fuerzas Militares de Colombia a continuar apoyando y acompañando la valiosa gestión del señor general de la reserva activa, Jorge Enrique Mora Rangel, nuestro representante en la mesa de conversaciones en La Habana, quien con dignidad y carácter afronta un reto que exige pleno compromiso institucional. 

Deseo hacer un homenaje de gratitud a nuestras víctimas y desaparecidos, a quienes han ofrendado su integridad por más de cinco décadas. A sus viudas y sus huérfanos, cuya memoria debe quedar inscrita en piedra como testimonio de su entrega y sacrificio.

Agradezco a mis superiores, a los comandantes de fuerza, al director general de la Policía, compañeros, a nuestros guerreros de la reserva activa, a los profesionales de la reserva, a los oficiales, soldados, infantes de marina, policías y a las familias militares que ofrecen a sus padres, esposos, hermanos e hijas para ir al campo de combate. Y en especial a mi esposa, hijos, mi madre, hermanos y amigos, la especial dedicación y apoyo que permitieron que este viejo soldado, tropero de corazón, llegara un día a ocupar la más alta dignidad de la vida militar."