Estudiantes de Florencia, Caquetá, deben cruzar un caudaloso río para ir al colegio

Todos los días desde las cinco de la mañana, decenas de estudiantes que viven en el sector Paloquemao, occidente de Florencia (Caquetá), llegan hasta el improvisado puerto del río Hacha y luego de pagar entre 200 y 500 pesos se embarcan en una de las canoas para cruzar el afluente y poder llegar a la escuela que está al otro lado del río.

"Hay muchos riesgo para los niños, sobre todo cuando aumentan las aguas del río", explicó Víctor Leonel Beltrán, habitante de Florencia.

Para los padres de los menores no hay opción, sus hijos deben hacer esta travesía diaria porque ellos no tienen transporte propio y en el sector no hay buses que lleguen a la zona.

"Imagínese el riesgo de todos esos niños pasando ese río, sobre todo ahorita en el invierno cuando se crece el río", señaló Arcelio Muñoz, padre de familia.

La mayoría de los niños llegan solos, muy pocos están acompañados por sus padres. Ese es el caso de la familia Muñoz Rivera, que acompaña todos los días a sus tres hijos y despiden a sus hijos una vez embarcan las canoas.

Los chalecos salvavidas no hacen parte de la travesía escolar y es eso lo que les roba la tranquilidad a los padres de familia, quienes ruegan por una solución segura. 

"La solución que queremos dar es poder atender a los niños de primero a quinto grado en una sede que vamos a tratar de articular en la otra orilla del río", explicó John Schneider Vargas Cuéllar, secretario de Educación de Florencia.

Los canoeros, por su parte, aseguran que lo único que hacen es prestar un servicio a los 150 niños que cruzan el río en la mañana y al mediodía cuando termina la jornada escolar.

Los estudiantes anhelan que en un futuro no lejano no los espere una lancha a la orilla del río, sino un bus escolar que los lleve a puerto seguro.