Popayán, la ciudad de las tradiciones religiosas

El derecho a cargar las imágenes en las procesiones se hereda y se gana.

“Les facilitamos un poco el trabajo a los cargueros, y así se empieza hasta llegar a ser carguero”, manifestó Miguel Castrillón, pichonero de Semana Santa.

Para poder vestir la túnica purpura y el capirote, los piconeros aspirantes a cargueros deben esforzarse desde muy jóvenes.

“Hay muchos nervios, pero también felicidad porque es una tradición que a mí me gusta mucho”, aseguró el pichonero Sebastián Ospina.

Los hombres pueden ser cargueros toda la vida, pero las mujeres sólo pueden salir una vez como saumadoras.

“Esto es una penitencia que se puede hacer en familia, y lleva un mensaje de amor y de perdón”, indicó María Paula Ayerbe, saumadora de Semana Santa.

Las saumadoras limpian y ambientan el camino que recorrerá Jesús, María Paula Ayerbe tuvo la fortuna de preceder el paso en el que carga su padre.

“Ver que mi hija, como mujer, está participando con el saumerio es una satisfacción muy grande, es nuestra ratificación de la fe cristiana”, afirmó el carguero Diego Ayerbe.

La noche del miércoles la procesión del Amo Jesús partió de la Ermita y durante cuatro horas y media recorrió las calles del sector histórico de Popayán.

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