Dragas ya trabajan para mitigar la erosión que afecta a Salamina y El Piñón
La inversión en las dragas busca quitarle la fuerza con que golpea al gigante del Magdalena en su margen derecha y que tienen en vilo a la comunidad.
Noticias RCN
01:39 p. m.
Ya llegaron las dos dragas, una de succión y la otra de corte y succión, que comenzarán a trabajar para quitarle fuerza al río Magdalena y mitigar la erosión que tiene en riesgo a las poblaciones de Salamina y El Piñón.
La inversión de 99.999 millones de pesos en las dragas busca quitarle la fuerza con que golpea el gigante del Magdalena en su margen derecha y que tienen en vilo a la comunidad.
“Hoy el llamado es a que todas las autoridades territoriales se sumen a este importante esfuerzo que atendemos, es momento de llamar a la unidad y atender con prontitud la emergencia que reclaman todos los habitantes de la ribera del departamento del Magdalena”, manifestó Pedro Pablo Jurado, director de Cormagdalena.
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Por su parte, las autoridades locales no quieren medidas a medias sino soluciones integrales. “Se requieren de unas obras integrales para darle solución a toda la problemática de la costa oriental”, expresó el alcalde de Salamina, Luis Orozco.
Los habitantes de la localidad señalan que la ejecución de los trabajos ha sido un proceso lento.
“Estamos ad portas de completar dos meses desde que se generó la emergencia y hoy la situación sigue siendo aún más crítica que el día en que se generó la primera emergencia en el kilómetro 2.4”, detalló la veedora Laura Cantillo.
Las autoridades prorrogarán la urgencia manifiesta para atender la emergencia que vive la población. La erosión continúa ganando terreno y los pobladores esperan soluciones de fondo.
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Cientos de familias afectadas
Son numerosas las familias que han resultado afectadas por cuenta de la erosión que provoca la fuerza del río Magdalena, entre ellas la de Neil Cobo de 51 años, quien pasó la mitad de su vida construyendo una pequeña tienda al lado del río.
Hoy de su segundo hogar, solo hay cuatro palos incrustados en la tierra, después de 25 años le tocó acabar el sustento de su familia.
“Esto es toda una vida lo que yo he cosechado aquí y de repente el río acabó con todo esto”, dijo Neil Cobo.
Es una de las víctimas que deja la erosión del río en Salamina, salió por prevención como medida de autoprotección, por eso Brisas del Río, como se llama su negocio, dejó de soplar.
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Nadie le ha preguntado cómo va a hacer para alimentar a sus dos hijos. Su único sustento desapareció como la caseta del ferry, su vecina. Confía en el todopoderoso que alguna ayuda vuelva a levantar su tienda que aguantó el covid-19 pero no la fuerza y el ímpetu del Magdalena.