Se agudiza crisis del Sitp, tres empresas se declararon en insolvencia

Las quejas de los usuarios del Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp) en Bogotá se acentúan con los días.

En las últimas semanas en las localidades de Usme y Ciudad Bolívar han dejado de operar varias rutas pertenecientes a los operadores de Suma y Tranzit, afectando a miles de personas en su movilidad.

“Nuestros concesionarios están en una situación financiera complicada lo cual hace que el número de buses se varen y no los puedan reparar y moverse al tiempo”, señaló Richard Romero, subgerente general de Transmilenio.

Con Suma y Tranzit, son tres las empresas que se han declarado en insolvencia ante la Superintendencia de Sociedades.

 “Los operadores están teniendo serios problemas para cumplir con el mantenimiento, con su personal, con sus deudas. De hecho hay una deuda muy grande de los operadores del Sitp con el sistema bancario que está  haciendo aún más difícil la gestión de los contratos del Sitp zonal”, indicó Darío Hidalgo, experto en movilidad.

Los contratos fueron adjudicados hasta el año 2036, desde la administración de Samuel Moreno.

“Es el momento de una renegociación que permita corregir los errores de esa puesta en marcha de Sitp que estuvo mal planeado, formulado, adjudicado, todos los problemas que tuvo y tratar de resolver el problema”, dijo Fernando Rojas, experto en movilidad.

El Distrito ha dicho que está dispuesto a renegociar los contratos para que sean más viables, pero debe tener el aval de la Procuraduría, la Contraloría e incluso del Consejo de Estado.

 “Venimos trabajando a toda marcha sobre el tema con los siete concesionarios, se hacen mesas permanentes. Hay temas jurídicos muy complejos de definir, poder ajustar y dar algunos movimientos”, aseveró el subgerente general de Transmilenio.

A la escasez de buses azules, se suma la permanencia de los buses provisionales. Actualmente el 45 % de los buses que ruedan por la ciudad son de los buses del transporte público colectivo donde el pago es aun en efectivo.

De los 4.600 buses provisionales que aun circulan, el 85 % están próximos a cumplir su vida útil pues tienen más de 20 años de funcionamiento. 

Transmilenio ha afirmado que el desmonte de esos vehículos solo se podrá hacer cuando se rediseñen las rutas que circulan en toda la ciudad.

Hasta el momento, los bogotanos deberán convivir con estos buses provisionales por tres años más, mientras se realiza el desmonte de las rutas y son dadas a nuevos operadores que deben usar buses eléctricos. Esta operación le costará a la ciudad 900.000 millones de pesos.