Volvió su majestad: Messi ofreció lo mejor de su repertorio, como en tiempos de antaño

Hace unos años, en Argentina estaba instalada la afirmación de que Lionel Messi no podía plasmar en la selección nacional la felicidad que lo inundaba en aquel Barcelona que ganaba todo lo que se le atravesaba. Fiel muestra de ellos son las caras de frustración, impotencia y rabia que sintió la 'pula' luego de las finales perdidas en Brasil 2014 y Copas América 2015 y 2016. 

La película cambió. Con un presente gris en PSG, la 'albiceleste' aparece como el único oasis para Messi, que contrario a épocas de antaño, ahora disfruta más que nunca de la prometedora actualidad del combinado argentino que se ilusiona con levantar la Copa del Mundo en Catar 2022. 

Y cómo no, si esta tarde fue el gran líder de Argentina en Wembley, que le pasó por encima a Italia en la Finalissima, la primera edición del partido que enfrenta al campeón de Suramérica con el de Europa.

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Lo de esta noche fue el 'Lio' que siempre se ha querido ver. Mostró su mejor versión de fútbol, la de las viejas épocas, pero ahora con la Selección de su país, con la que disfruta desde hace un tiempo para acá. 

Messi fue desequilibrante de principio a fin y fue el foco de las jugadas en ataque de Argentina, pero sin ser la herramienta dependiente que fue en años anteriores. Ahora la estructura del equipo está para ganar sin él, pero con él, la mística se enciende. 

El '10' estuvo participativo y cuando toca el balón, todos se movían alrededor de él y por momentos, el funcionamiento corrió como un relojito suizo. Todos son voluntariosos, se ofrecen y entienden el compás del maestro Lionel. Eso hace que el propio 'crack' pueda desenvolverse de una manera más fácil dentro del campo y así generar peligro a su antojo sobre el arco rival.

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Y así sucedió, se acercó siempre que quiso y fue determinante para explotar el ataque 'albiceleste'. No anotó, pero dio dos asistencias: a Lautaro Martínez y a Paulo Dybala, ambas jugadas fueron bien pensadas y resultas por el astro del PSG. 

Intratable estuvo Lionel Messi en Wembley, tanto así que no lo pudieron parar, o bueno sí, pero para lograrlo, Leonardo Bonucci tuvo que acudir a un codazo en la cara que lo dejó tendido en el piso, pero el rosarino se levantó para seguir dando pelea y demostrando que su talento está más intacto que nunca. 

La cereza del pastel habría sido un gol y lo intentó, pero apareció Gianluigi Donarumma, que bien lo conoce del PSG y le detuvo un par de tiros que iban al arco con potencia, pero sin buena dirección. 

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Una vez más, el fútbol fue justo con Lionel Messi. Victoria 3-0 de la 'scaloneta', título en Wembley ovación a lanzadas al aire para la 'pulga'', que sigue advirtiendo que en su cabeza solo sueña con repetir la foto de campeón, ahora en Catar 2022. 

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