Crisis
Las recientes jornadas de protesta ponen en evidencia la existencia de múltiples crisis y grietas en nuestra sociedad, y nos llevan a pensar en soluciones
Por: Carolina Fierro
@CaroFierroVal en Twitter*
Los acontecimientos vividos desde el 28 de abril demuestran una crisis en el país en muchas dimensiones y como verdadera crisis debemos responder con verdaderas acciones para superarla.
La primera crisis que se denota a partir de lo pasado es una crisis de la ciudadanía frente a la Fuerza Pública. El enfrentamiento permanente entre la institución armada, la cual tiene como misión constitucional preservar la vida de los ciudadanos, y los vándalos que aprovechan las protestas pacíficas para incitar la violencia, deriva en una desmoralización de las Fuerzas Armadas al sentir el irrespeto, desprecio y maltrato por parte de varios sectores de la sociedad, que no necesariamente son vándalos.
Al mismo tiempo, del otro lado la ciudadanía se ve muchas veces afectada y asustada por los abusos de poder de miembros de las autoridades, lo que contribuye a la desconfianza mutua y al resquebrajamiento de la comunicación armónica que en una democracia debe tener la ciudadanía y las instituciones que devengan el uso legítimo de las armas.
Unido a esta crisis, está la crisis del odio el cual cada vez más se profundiza en nuestra sociedad.
Se lee y se puede prácticamente sentir en redes sociales y en el mundo virtual, pero se trasladó a la realidad en la destrucción de infraestructura de ciudades como Cali y Bogotá vista los últimos días. Las imágenes de destrucción solo denotaban una rabia y violencia interna de quienes destrozaban buses de servicio público, paredes y muros, ventanas de comercios y bancos. Esta es una forma de vandalismo que demuestra en el fondo un odio y un afán por hacer daño.
Por último y muy unido al odio que crece en algunos sectores del país de la mano de líderes que lo fomentan, está la crisis de solidaridad, empatía y unión por la que atravesamos.
Aquí no importa el contagio, el esfuerzo de los médicos o los miles de muertos que ha dejado la pandemia. Los fines políticos a pesar de ser presentados como colectivos, se convirtieron en individuales porque en esta pandemia el cuidado individual es FUNDAMENTAL, pero no bastó para salir y reunirse sin distanciamiento, sin medidas de protección y arriesgarse a que en medio de virus respiratorios climáticos, además del coronavirus, los manifestantes se aglomeraran en Bogotá durante las peores semanas de la pandemia.
La solidaridad y la fraternidad también están en crisis. Identificadas estas crisis entre muchas, ahora pensemos, ¿Qué podemos hacer para cambiarlas y superarlas?
*Politóloga
Carolina Fierro