El retorno de Saturno

Para la astrología el llamado Retorno de Saturno marca en la vida de las personas un nuevo comienzo, es un cimbronazo que significa empezar de cero. En últimas, que tras la catástrofe siempre vienen tiempos mejores. 

Precisamente este fenómeno se describe como el momento en el que se toca fondo y hay que replantearse las cosas para ser mejor, por eso me atrevo a pensar que algunos acontecimientos que dibujan el día a día del país nos hacen creer que estamos siendo testigos de la reubicación de Saturno en aquel punto en el que logra sacudirlo todo.

Por eso, tal vez, no se entienden cosas como, por ejemplo, que a estas alturas el comité de paro convoque a nuevas jornadas de protesta. Como parece que sus integrantes no descifran algunas situaciones terrenales sería bueno que al menos trataran de captar lo que significa este fenómeno de la astrología. 

Porque de qué otra manera se explica que pretendan devolver al país a los días de muertos en las calles, bloqueos, CAI incendiados, encapuchados amenazantes, locales destruidos, millones en pérdidas, negocios quebrados, no será que es el momento de mirar hacia adelante y construir, no destruir. 

Nadie niega el derecho constitucional a la protesta, lo hemos dicho mil veces, a lo que la inmensa mayoría del país se resiste es a permitir la “dictadura” de los encapuchados que se adjudicaron la representación de dizque del pueblo colombiano, nada más alejado de la realidad. 

El retorno de Saturno invita a replantear cosas, ¿será que habrá que echar mano de la astrología para hacerles entender que el país ha pasado, tal vez, los meses más difíciles de su historia o será que nos quieren llevar al abismo? ¿Y si mejor pensamos en comenzar de cero y trabajar como lo hacen millones?, yo me quedo con esto último. 

Otros que deberían mirar los efectos del fenómeno astrológico son los candidatos, el debate político que antecede a las elecciones presidenciales sobresale por lo pandito. 

Entre "peleítas" por intereses personales se nos va yendo la campaña. El país está apenas saliendo de una pandemia y varios meses de protestas que lo dejaron mal herido y los ciudadanos en vez de oír propuestas sensatas y argumentos sólidos, solo ven declaraciones destempladas, acusaciones a medias, proyectos imposibles y sobre todo un miedo terrible frente a la incertidumbre.

La venganza parece ser la motivación de unos y la falta de ideas parece ser la característica de otros. Señores no pierden nada con ver lo que les plantea el retorno de Saturno. Por algo era el dios romano equivalente al griego Cronos, el de los comienzos y finales. 

De eso se trata, por qué no mirar si es tiempo de un comienzo, por ejemplo, cuando muchos se relamían los bigotes viendo como el país se despeñaba y se llenaban de argumentos "políticamente correctos" para justificar lo injustificable, otros simplemente entendieron que había que recomenzar, no se dejaron vencer por lo que parecía ser la catástrofe y actuaron con responsabilidad. 

Me refiero a esos comerciantes, empresarios, transportadores, agricultores, dueños de restaurantes, emprendedores, unos grandes, otros no tanto, que sin falta pagaron nóminas, dejaron los motores encendidos, no cerraron puertas, jamás apagaron las luces, siempre pensando que lo que tenían al frente no era el final, era todo lo contrario, un nuevo comienzo. 

Por ellos y sus trabajadores es que el país fue capaz de salir del oscuro agujero y recomenzar con más brío que nunca. Como lo manda Saturno. 

No en vano las cifras de crecimiento económico fueron tan sorprendentes como alentadoras: 10.6 por ciento el año pasado, mucho más que Brasil, México y Argentina, por mencionar solo algunos. 

Es como si todos fuéramos Egan, nuestro joven maravilla, cuando se estrelló en su bicicleta a más de 60 kilómetros por hora contra un bus. 20 fracturas y el temor de quedar parapléjico no son el final, son el comienzo.  Egan está en casa, con su cuerpo martirizado, pero demostrando más fortaleza y capacidad de recuperación que cualquiera. 

Por fortuna son más los Egan, esos que, en vez de destruir con el Twitter, construyen con hechos y han logrado evitar que el país se paralice. 

Y sino que lo digan las cifras: el año pasado los hogares gastaron 842 billones de pesos, eso jalonó sectores que estaban con el saldo en rojo como las manufacturas; la ropa;  el entretenimiento; con todo lo que eso implica, es decir, el fabricante compra materia prima, contrata más mano de obra y el comerciante activa sus vitrinas, todo para que al final usted reciba un buen producto. Eso se llama resiliencia y nos confirma que "todos dependemos de todos" y funciona. 

Y aunque a muchos les duela, los días sin IVA y los auxilios a los empresarios están haciendo lo suyo, claro, en plena campaña nadie reconocerá nada, pero al final del día es el ciudadano, llámese empresario o trabajador, profesional honesto o estudiante juicioso, artista o campesino, deportista o actor, el encargado de llevar por buen camino el retorno de Saturno a diferencia de quienes se esconden tras una máscara o los “expertos" en titulares efectistas de Twitter, tan limitados como los caracteres de la aplicación.