James en una encrucijada

@octamorago en Twitter*

Esta semana se completaron cuatro meses sin que James Rodríguez haya actuado en un partido oficial.

Por tratarse de un jugador de élite, es un tiempo bastante extenso, que amerita que su entorno prenda las alarmas y él reaccione si está en los planes recuperar su mejor versión.

Como no surgieron las ofertas que él esperaba en el viejo continente debe admitir la cruda realidad, debe someterse a la disciplina del Everton. Allí tiene dos caminos, el primero seguir el plan desafiante en sus actitudes y declaraciones frente al técnico Rafael Benítez, en sus frecuentes apariciones en las redes sociales, en esta vía apenas será un miembro de la plantilla con muy pocas posibilidades de actuar.

Sin embargo, hay un camino más riguroso que implica vencer su propio ego, ser autocritico y liberarse de inclinaciones emocionales. Consiste en entrenarse denodadamente, optimizar el tiempo y obedecer a pie juntillas los parámetros del técnico Benítez, por esa vía se incrementarán las posibilidades de jugar, de fortalecer su estado físico, de evitar lesiones, por qué no de convertirse en titular y protagonista.

En ese orden de ideas le podrían surgir ofertas en el mercado de invierno, se le podrían abrir de nuevo las puertas de la Selección Colombia e incluso soñar en su tercer mundial.

Vale la pena aceptar el desafió, James tiene la palabra.