Los 100 segundos finales

Por Gustavo Nieto*

La escena es tan delirante como poderosa, la Asamblea General de Naciones Unidas se ve interrumpida abruptamente por una presencia estremecedora. Sorprendidos los diplomáticos de más de 190 países voltean la mirada hacia una de las entradas del recinto, su rostro se desfigura ante una imagen impensable, hasta ese momento. Se trata de una hembra de Tiranosaurio Rex.

Supuestamente extinto hace millones de años, el animal avanza hasta el atril destinado para las intervenciones de presidentes, monarcas y jefes de gobierno. Después de pedir a los asistentes unos minutos de su atención comienza a hablarles de un tema del que ella con razón asegura, sabe mucho: el de la extinción.

Sabrán que les acabo de describir, más o menos, el mensaje de la ONU sobre la dramática crisis ambiental que vive el planeta y el riesgo verídico de una posible desaparición de cualquier forma de vida en la tierra.

Ese video fue la antesala de la reunión que por estos días adelantan en Glasgow lo más poderosos líderes para comprometerse ante la humanidad con soluciones reales y sostenibles que permitan disminuir el calentamiento global y sus peligrosas consecuencias.

Sin alarmismos, claro, pero cuando ve uno a la Organización de Naciones Unidas dándole semejante bofetón en la cara a

cada uno de los habitantes del planeta, es imposible no pensar que de verdad algo grave está ocurriendo y no hemos sido capaces de asumir la responsabilidad que nos corresponde.

El Reloj del Juicio Final o del Apocalipsis, de cualquier manera, suena aterrador, es un aparato simbólico que creo el Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago por allá en la década de los cuarenta, para advertir sobre los riesgos que ponen en entredicho el futuro de los seres humanos.

Inicialmente veían en la amenaza nuclear la principal causa de una posible "destrucción total" y con base en los acontecimientos van moviendo las manecillas, pero hace rato ese dejó de ser un tema de primer orden, es la crisis ambiental la que marca ahora el avance inexorable de los segundos hacia la medianoche, considerada por estos genios como la hora del Armagedón.

La batalla entre Dios y los gobiernos del mundo. Pues bien, según ese reloj estamos en los últimos 100 segundos, ¿cuánto tiempo real es eso?, no sabemos, pero suena muy poco, tanto que el propio primer ministro inglés Boris Johnson dedicó parte de su discurso en Escocia a ese lapso: “¡Cuidado! Solo falta un minuto para la media noche en el reloj del fin del mundo".

Y según la biblia, en el Armagedón, que representa esa medianoche, Dios utilizaría su arsenal más poderoso: tormentas, terremotos, epidemias, inundaciones, entre otros.

Y lo más grave es que ese arsenal ya lo estamos viendo en nuestro día a día. Los más especializados centros de investigación científica lo advierten, no es solo un tema religioso o de una fe en especial, o sino miren los incendios en California y Australia, o las inundaciones en Alemania, todo provocado por el desbarajuste ambiental.

Miren, la oficina del Director de Inteligencia de Estados Unidos publicó el pasado 21 de octubre el informe sobre los riesgos para la seguridad nacional del cambio climático, que parece sacado de las sagradas escrituras.

Según el estudio hay 11 países calificados como "altamente vulnerables" y adivinen quién está en la lista, sí, Colombia.

Esos países deben prever que podrían pasar por una difícil situación climática que afectaría su seguridad energética, alimentaria, sanitaria y de recursos hídricos. Olas de calor y sequías cada vez más prolongadas dificultarían el suministro de agua y crecería la demanda de electricidad.

¿Les suena conocido? Por esto y mucho más, lo que ocurra en Glasgow es vital para todos. La humanidad nunca antes había esperado tanto de sus líderes y los compromisos de nuestro presidente nunca habían tenido tanta importancia, más allá de los acuerdos comerciales o los avances diplomáticos en distintos frentes.

Mientras la temperatura del planeta aumenta y los glaciares se desvanecen elevando peligrosamente el nivel de los océanos, Colombia dice que declarará área protegida el 30% del territorio nacional, además de otros anuncios, lo importante más que el titular, es la posibilidad de hacer esto realidad.

Nuestros 59 parques nacionales representan algo más del 12% del territorio continental y marítimo, pero también, algunos, son escenario de graves casos de violencia, desplazamiento, cultivos ilícitos y deforestación.

La pregunta que viene enseguida es: ¿Existe la capacidad institucional para honrar ese compromiso?

Ese seguro será el reto, buscar las herramientas para cumplir, pero hay que encontrarlas pronto porque hay vidas en juego y la coyuntura no da espera. Todos tenemos que estar a la altura del momento. Recuerden, las manecillas del reloj del juicio final ya están en los últimos 100 segundos y avanzan inevitablemente hacia la temible medianoche.

*Subdirector de Noticias RCN.