Opiniónfebrero 22, 2022hace 2 años

Pensar en Colombia

Las próximas elecciones son cruciales para nuestra democracia y la libre empresa, que no se defienden solas y hay que salir a defender.

El Foro Madrid, que cuenta ya con un amplio y creciente respaldo internacional, se reunió la semana pasada en un hotel en la ciudad de Bogotá. Dicho foro es el contrapeso del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, pues estos últimos, como se sabe, representan a la izquierda y a la extrema izquierda.

El documento fundacional del Foro Madrid es la Carta de Madrid, declaración institucional en defensa de la Libertad, la Democracia y el Estado de Derecho, tarea que compete “no solo al ámbito político, sino también a las instituciones, la sociedad civil, los medios de comunicación, la academia y a los ciudadanos en general”.

El hotel en el que el Foro Madrid realizaba sus deliberaciones fue objeto de ataque por un grupo de vándalos, dos de los cuales fueron apresados y luego inexplicablemente dejados en libertad por un juez. El ataque al Foro Madrid merece todo el repudio y no es difícil suponer quiénes lo urdieron. Constituye horrorosa muestra de lo que como país nos espera en materia de recorte de libertades si el próximo presidente no es un defensor de estas o si repele cualquier otra ideología distinta a la suya.

Las próximas elecciones son cruciales para nuestra democracia y la libre empresa, que no se defienden solas y es necesario salir a defender. Tenemos el espejo de lo que sucede en Chile en estos momentos y lo que ha ocurrido en Cuba, Venezuela y Nicaragua. No es momento para la abstención ni para ver los toros desde la barrera. Hay que dejar la indiferencia, saltar de la silla y salir a conseguir los votos por un buen candidato. Solo así podrá después sentarse nueva y cómodamente en su silla. Muévase. No se quede tranquilo. Esto es con usted. Con su futuro. Con sus hijos y nietos.

Si usted no tiene claro por qué candidato votar, al menos puede saber por quién no hacerlo, revisando su trayectoria, realizaciones, personalidad, talante, formación. Su pasado reviste especial importancia pues de alguna manera lo define. Un pasado de alzado en armas, de acudir a la violencia para imponer ideas y doblegar las instituciones y al Estado, poca tranquilidad arroja y menos si en el pasado reciente se mostró admiración por los regímenes de Chaves y Maduro y deseo de replicarlos en Colombia.

Es menester fijarse en quiénes acompañan a cada candidato por aquello de “Dime con quién andas y te diré quién eres". Mirar sus alianzas y si son con personas identificadas como corruptas o tránsfugas oportunistas o, peor aún, acusadas de utilizar el secuestro de personas con fines políticos.

Petro, cuya subida a tarima, borracho, para arengar al pueblo, ha dado mucho que hablar, no pierde oportunidad para criticar a algunos empresarios generadores de empleo productivo, a pesar de que él no ha generado uno solo, ni ha impulsado proyectos de ley para estimular el empleo. 

Reconocido por su pésima gestión en la alcaldía de Bogotá, sus propuestas han merecido el rechazo de economistas destacados, quienes las han calificado de populistas. Sus menciones en el pasado en el sentido de expropiar recuerdan a Chaves y han generado rechazo y suscitado honda incertidumbre, como también el hecho de que públicamente ha planteado que necesita 12 o 16 años mínimo para ejecutar sus planes de gobierno, es decir, que tiende a la reelección indefinida en detrimento del sistema democrático y de la posición jurisprudencial que fijó la Corte Constitucional con ocasión del examen de la reforma que buscaba el tercer mandato de Uribe.

Rodolfo Hernández, con buena sintonía en redes sociales y una destacada gestión en la alcaldía de Bucaramanga, tiene como bandera la lucha contra la corrupción, pero enfrenta en este momento acusaciones de no poca monta, fundadas o no, publicadas en el día de ayer, que le pueden hacer daño.

Federico Gutiérrez, caracterizado por ser directo y franco. Cuestiona lo que debe cuestionar. No es tibio. Su desempeño en los diversos cargos que ocupó en Antioquia fue meritorio y objeto de reconocimiento. Se muestra duro contra el terrorismo, el narcotráfico y la corrupción, que son cáncer que nuestra sociedad debe erradicar.

Oscar Iván Zuluaga, ministro de Hacienda de lujo en el Gobierno Uribe. Digno, recto, honesto y capaz, fue víctima de atroz montaje urdido todos sabemos por quién, que se tradujo en que perdiera una elección presidencial que de otra manera hubiera ganado. Exige que las Farc cumplan su parte en el Acuerdo de Paz y promete ajustes sensatos a dicho acuerdo. Ha hecho énfasis en la generación de empleo, en trabajar para sacar de la pobreza a los 23 millones de personas que están en ese umbral y en buscar la formalización de tantos trabajadores que están hoy en el sector informal de la economía.

Alejandro Char, gran transformador de Barranquilla. Acusado de infiel en su matrimonio, su esposa en una digna declaración aclaró que el asunto estaba completamente superado. Acusado de compra de votos, la acusación, hasta ahora no probada, parece haber sido revivida solamente con el interés de dañarlo electoralmente.

Barguil, destacado congresista, ha hecho méritos promoviendo leyes en defensa de los consumidores financieros, frente a los bancos. Utiliza un lenguaje claro y sin ambages, coherente y con convicciones firmes.

Enrique Gómez, nuevo en la política, pero descendiente de una ilustre familia, busca revivir a Salvación Nacional. Promete cambios en la justicia. Vale la pena hacerle seguimiento.

Sergio Fajardo, caracterizado por ser poco claro en sus planteamientos. Algo así como sí ni no sino todo lo contrario, lo cual ha hecho difícil saber qué es lo que realmente piensa. Siguen llamándolo profesor, no obstante que dejó de serlo hace muchos años.

Peñalosa, excelente alcalde de Bogotá. Gran ejecutor. Le faltan votos.

Juan Manuel Galán, cuyo silencio, cuando en su presencia su progenitora elogió públicamente a Petro, dejó muchos interrogantes. Ha recibido críticas fuertes de sus antiguos copartidarios en el Nuevo Liberalismo.

Ingrid Betancourt, tildada de oportunista por aparecer cada cuatro años, y de desagradecida con el presidente Uribe, a quien debe realmente su liberación. Un pasado lejano como congresista, sin mostrar nada relevante. Reciente, un libro contando sobre su secuestro y una demanda contra el Estado colombiano, que luego retiró por el rechazo que produjo en la opinión pública.

Gaviria, indeciso, sin aceptar en público el apoyo de César Gaviria, pero haciendo todo lo posible porque el partido liberal lo respalde. Impulsó la muy cuestionada prohibición del uso del glifosato y un paso por el ministerio de salud que poco le ha servido de apoyo. Sus pronunciamientos erráticos sobre el nombramiento de Alberto Carrasquilla en la Junta Directiva del Banco de la República y sus enfrentamientos con Federico Gutiérrez, otrora beneficiario de sus afectos y admiración por su gestión, han sido muy criticados.

Ahí está la baraja de candidatos. Escoja bien.

por:José Fernando Torres

José Fernando Torres

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