La inteligencia artificial que puede predecir el fin de una relación
A través de análisis de la forma en que se comunica una pareja, una IA tiene la capacidad de detectar una pronta ruptura.

La tecnología está avanzando a grandes pasos y ahora, tras un estudio, desarrollaron una inteligencia artificial que es capaz de predecir si una relación amorosa está pronta a terminar al analizar las conversaciones.
Todo este sistema toma referencias como las palabras, el tono de voz y los patrones de conversación para crear una predicción de lo que puede pasar con una pareja en específico. Muy similar a como funciona una IA similar para pronosticar cuándo un empleado va a renunciar.
La revista PLOS-ONE fue la encargada de dar a conocer la investigación realizada por la Universidad del Sur de California, con un 79.3% de acierto en la predicción del fin o no de la relación.
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Así funciona la IA para predecir una ruptura amorosa
El estudio analizó las características vocales de 134 parejas que se encontraban en proceso de terapia, teniendo la opción de tomar referencias de la entonación y sus variaciones, así como también a la intensidad.
De esta forma se fue entrenando al algoritmo para que detectara ciertos patrones en una pareja, como tiempo de duración de una conversación, quién hablaba y la interacción que se daba en todo el proceso.
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Paralelo a esto, un grupo de expertos (humanos) también recibieron la información para que predijeran que iba a pasar con dichas parejas, si iban a terminar o a continuar con la relación.
Y el resultado dejó como evidencia que los expertos tuvieron un 75,6% de precisión, mientras que el rango de la IA fue más alto alcanzando un 79,3%.
“La importancia de esto no radica tanto en involucrar a la IA en el asesoramiento matrimonial, o en conseguir que las parejas hablen más amablemente entre sí (por muy meritorio que sea). La importancia radica en revelar cuánta información sobre nuestros sentimientos subyacentes está codificada en nuestra forma de hablar, parte de ella completamente desconocida para nosotros”, explicaron desde The Conversation, sobre todos estos hallazgos.
Todo esto demuestra que las palabras tienen una denominación concreta, pero que el nivel de estrés en las voces, el volumen, la entonación y otros elementos son capaces de darle una variación desde el impacto, el contexto y detalles más profundos de cada persona.