¿Es posible lograr el equilibrio entre trabajo y la vida personal?

La forma de trabajar ha cambiado debido al avance de las tecnologías y a sucesos globales como el confinamiento por la pandemia, que han obligado a las empresas a adaptarse a modelos digitales que permitan a sus empleados laborar de forma remota.

Sin embargo, esto también ha causado que muchos trabajadores se sientan saturados y busquen cambiar de trabajo por mejores oportunidades salariales o mayor flexibilidad en temas de horario.

Frente a esto, las nuevas generaciones han optado por adoptar modelos de trabajo más laxos, en los que se hace únicamente lo necesario mientras se disfruta de ratos de ocio y de una vida personal plena.

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Estas nuevas variantes han despertado preocupación también en algunos empleadores, que se cuestionan sobre el poco empeño laboral, al no notar cargas de trabajo excesivas como las acostumbradas en generaciones pasadas.

Actualmente, los jóvenes han optado por la “renuncia silenciosa” como forma de conservar su trabajo y a la vez su vida significativa fuera de él, en respuesta a las barreras que se encuentran para conseguir empleos con bajos salarios y pocas posibilidades de estabilidad debido a los contratos.

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¿Es bueno renunciar en silencio?

Los beneficios de esta “renuncia silenciosa” están ligados también a la salud mental, según una encuesta realizada por Glassdor en el Reino Unido, en la que se determinó que más de la mitad de los entrevistados se sentía infeliz con su trabajo y con las repercusiones de este sobre su tranquilidad y vida personal.

Por eso, se determinó que alejarse progresivamente de altas cargas laborales podría ser bueno para mejorar la motivación, reducir la ansiedad, las preocupaciones y la fatiga provocada por trabajar en exceso.

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Además, el estudio reveló que al practicar este método, se reduce la necesidad de competir con otros compañeros, pues solo se está enfocado en los requerimientos básicos del trabajo y no en sobre-exigirse constantemente.