La corrupción supera la ciencia ficción
El nombre de Emilio Tapia, en un mundo en donde la justicia funcionara, en donde la sanción social existiera, sería un nombre que oiríamos muy de vez en cuando.
@CaroFierroVal en Twitter*
Si pudiéramos escribir una novela policiaca o hacer una de las famosas series de Netflix en donde presentaran la inverosimilitud de un delincuente que es capturado, pero sigue cometiendo delitos por siempre y para siempre sería un gran argumento para contar historias de ciencia ficción de la justicia.
Lo triste es que eso ocurre en Colombia a la luz de millones de ciudadanos, de los medios de comunicación, de las autoridades, de gobiernos, de entes de control y no es ninguna historia de ciencia ficción.
Es ya casi caricaturesco leer titulares con el nombre de Emilio Tapia diciendo que está dispuesto a colaborar con la justicia a cambio de dar información sobre los temas de MinTIC o dar nombres de congresistas vinculados a escándalos de corrupción.
Esta no sería la primera vez que lo hace, pues el señor Tapia fue testigo clave en el escándalo del carrusel de la contratación de Bogotá en el que logró que su condena pasara de 17 a 7 años y 5 meses de prisión. Sin embargo, en el 2019 le fue concedida la libertad condicional.
El nombre de Emilio Tapia, en un mundo en donde la justicia funcionara, en donde la sanción social existiera y en un país donde la ética pública fuera prioridad para todo funcionario público, sería un nombre que oiríamos muy de vez en cuando o de manera extraordinaria porque ya cumplió su condena o porque se resocializó.
Aterradoramente aparece como si nada, nuevamente involucrado en negocios corruptos con el Estado colombiano. ¿Hasta cuándo?, ¿Hasta cuándo la permisibilidad del país con estos personajes y hasta cuándo ellos jugando y confiando en que pueden seguir en sus negocios sucios como si fueran legales? Viendo el caso del señor Tapia, se cuestiona uno sobre si la verdadera resocialización sí es posible.
*Politóloga