¿Quiere mejorar sus hábitos de lectura? En estos lugares de Bogotá puede lograrlo
Bogotá cuenta con una Red Distrital de Bibliotecas Públicas, BibloRed, con cuatro Espacios Alternativos de Lectura para participar en actividades.
Noticias RCN
08:04 a. m.
“No es analfabeto aquel que no sabe leer, sino aquel que sabiendo leer, no lee”, dijo en su momento el escritor español Miguel de Unamuno.
La lectura es un hábito que se intenta fomentar en el país desde varios frentes, uno de ellos son las administraciones locales. En el caso de Bogotá no hay excusas, pues la Red Distrital de Bibliotecas Públicas tiene 145 espacios de lectura dispuestos para los interesados.
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Hasta en el transporte público de Transmilenio hay opción de leer con las 12 biblioestaciones. En otros puntos de la ciudad se encuentra el Biblomóvil, dos bibliotecas Itinerantes, 95 PPP y cuatro salas de lectura. También dos bibliotecas y para quienes no pueden desplazarse, existen espacios de lectura digitales.
Adicionalmente, la capital cuenta con cuatro Espacios Alternativos de Lectura dispuestos para participar en actividades, consumir literatura, conocer recomendaciones de obras, tener encuentros y charlas. Son escenarios que buscan que la lectura sea un hábito para compartir con amigos y familiares. Para obtener más información acerca de los puntos específicos en los que se encuentran estos puntos, ingrese al siguiente enlace.
¿Cuánto leen los colombianos?
Según el director de la Feria Internacional del Libro, Andrés Sarmiento, la pandemia significó un aumento en los índices de lectura, especialmente entre jóvenes y niños. A estas proyecciones se suma el último sondeo de la Cámara Colombiana del Libro, que muestra que los hábitos de lectura de las personas en Colombia mejoraron desde 2019, con un promedio de 2,7 títulos al año.
Aunque los datos muestran una mejoría, no alcanzan a países más desarrollados como Corea del Sur, en el que los jóvenes leen en promedio 13 libros al año y los adultos 9,8.
Según explica el director de la Filbo, esto tiene que ver con el poder adquisitivo de los países, pero también las políticas públicas para promover la lectura.