¿Qué pasó con las tabletas que compraron taxistas para mejorar su servicio en Bogotá?

En tiempos en los que miles de estudiantes les faltan dispositivos tecnológicos para reiniciar clases virtuales, varios taxistas de Bogotá, que compraron tabletas, en medio de la iniciativa del ‘Taxi inteligente’, dicen que esa inversión se perdió porque nunca les sirvió para trabajar.

Y es que tener la certeza de cuánto le costará la carrera en un taxi en Bogotá al momento de abordarlo, quedó en puntos suspensivos cuando se detuvo el decreto que regulaba la norma por quedarse sin piso jurídico para su funcionamiento. Pero, ¿qué ha pasado con las tabletas que miles de taxistas compraron con la ilusión de modernizar el servicio? las han podido usar para otros fines?

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En una época en donde en muchos hogares faltan dispositivos electrónicos para trabajar o estudiar, 2.257 taxistas en Bogotá mantienen guardadas, desde hace dos años, unas tabletas que prometían mejorar la experiencia del servicio que prestan y así no estar en desventaja frente a aplicaciones tecnológicas.

Daniel Rodríguez, taxista, señala que “a nosotros como gremio nos afectó, no dejaron que esto siga mejorando, que tengamos más seguridad”.

Varios taxistas cuentan, cómo estas tabletas no les sirvieron para trabajar y tampoco hoy las pueden utilizar sus hijos para estudiar. "La tecnología evoluciona mucho, se compra la tableta y cuando va a ver uno ya no sirve (…) ahora me sirve es para los niños para que ellos jueguen”, manifiesta uno de ellos.

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En tiempos de pandemia donde los recursos escasean cuentan con dolor, cómo el valor de cada dispositivo que hace tres años oscilaba entre 300.000 y 500.000 pesos -según la marca-, ha sido, cómo ellos le llaman, una de "las peores inversiones" que les han obligado hacer.

Expertos en movilidad dicen que éstas pérdidas a las que el Distrito, durante la pasada administración, hizo incurrir al gremio de taxistas, se debió a la falta de planeación y a los oídos sordos que tuvieron las autoridades frente a la avalancha de advertencias.

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“Nos deja una reflexión sobre las dimensiones de las políticas públicas y una improvisación que los ciudadanos en últimas nos hacemos acreedores de gastos, costos que no se ven representados óptimamente”, señala el experto Johan Avendaño.

Hoy la iniciativa del 'Taxi inteligente' ya no cursa en el Consejo de Estado, quien suspendió la medida. El alto tribunal le pasó la responsabilidad al Ministerio de Transporte para que reglamentara su uso.

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Por su parte, el Ministerio ha sido enfático que sobre el caso puntual de los taxis en Bogotá no se va a pronunciar, pero que sí está pendiente la reglamentación nacional del cobro por plataformas tecnológicas.

En resumidas cuentas, esas tabletas seguirán archivadas mientras que los hijos y nietos de algunos conductores están a la espera de tener una que les sirva para estudiar.

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