Default en Estados Unidos: inicia la carrera contrarreloj para evitar la recesión económica

El próximo 1 de junio se cumple el plazo para que Estados Unidos entre en ‘default’, es decir, una crisis financiera y el temible periodo de recesión económica. El único salvavidas ante esta situación está en manos del Congreso de ese país, con el aval de una ley que permita ampliar el tope máximo de endeudamiento de la nación para evitar la crisis.

Sin embargo, las reuniones del presidente Joe Biden y la oposición no han tenido frutos, pues los republicanos están poniendo sus condiciones para apoyar el proyecto de ley y evadir el peor estado económico posible.

Una negociación de la que depende la economía global

Para eliminar el riesgo de un default, el Congreso debe aprobar elevar el tope de la deuda pública, no obstante, el conflicto político radica en que el Senado está controlado por los demócratas y los republicanos controlan la Cámara de Representantes.

Los republicanos exigen una fuerte reducción del gasto público como condición para aumentar el endeudamiento, pero Biden se opone, afirmarando que están “secuestrando la economía” para beneficios propios del partido y no de la nación.

El llamado "techo de la deuda" de más de 31 billones de dólares, la mayor suma mundial, se alcanzó hace varios meses, pero el gobierno federal ha gestionado hasta ahora la situación mediante maniobras contables.

En caso de no llegar a un acuerdo antes de inicio de junio Estados Unidos ya no podría pagar a los tenedores de bonos del Tesoro, refugio de las finanzas mundiales. Además, gobierno tampoco podría pagar los subsidios ni las pensiones de los veteranos, entre otras obligaciones. Una situación que, según los economistas, generaría consecuencias catastróficas para la economía global.

"Estados Unidos nunca ha dejado de pagar sus deudas. Y ese no será jamás el caso", afirmó Biden.

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Consecuencias económicas

En 2011, existía sólo la amenaza de caer en default y esto hizo, por primera vez, que Estados Unidos perdiera su preciosa evaluación crediticia triple A, la mejor de las agencias evaluadoras.

El grupo negociador del Partido Republicano, describió una "situación muy difícil" para llegar a un acuerdo que despeje un Congreso dividido y se convierta en ley en los próximos 10 días.

Al igual que casi todas las grandes economías, Estados Unidos vive del crédito. Sin embargo, es necesario que el Congreso vote el aumento del techo de la deuda pública que la primera economía del mundo está autorizada a acumular. Un tema que inicialmente era una formalidad, pero se ha convertido en una batalla política.

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Entre otros efectos colaterales de esta temida situación podría incluir una detención de la dinámica crediticia, el precio de dólar sería totalmente inestable, las tasas de interés de dispararían. Allí entraría la influencia a las demás economías, en especial a las monedas emergentes, donde la deuda externa financiada en dólares incrementaría y los bancos centrales tendrían de seguir al alza con las tasas de interés.