Internacionalagosto 16, 2018hace 6 años

Masacran 180 ballenas en las islas Feroe por tradición: el mar quedó teñido de rojo

El pequeño archipiélago realiza este ritual centenario y despertó el repudio de la comunidad internacional.

Se presenta como un país autónomo ubicado en el interior del Reino de Dinamarca y está anclado entre Escocia, Noruega e Islandia.
 
El particular lugar no pertenece a la Unión Europea y cuenta con menos de 50.000 habitantes. 
 
Debido a las características de su suelo, los habitantes dependen casi enteramente de la pesca y la industria derivada. Aún así según los defensores de animales esto no justifica la masacre perpetrada en las costas del lugar contra las ballenas. 
 
La mirada internacional no piensa diferente, observa con rechazo las imagenes filtradas de la matanza y describe el episodio como innecesario y brutal. 
 
La población considera esta práctica un elemento propio de su cultura y promueve que los niños hagan parte de ella desde muy temprana edad. 
 
Medio internacionales como Daily Mail y The Sun realizaron cubrimiento del brutal ataque animal y aseguraron que en el pueblo de Sandavágur en la isla de Vágar mataron durante el pasado mes de julio cerca de 180 ballenas, entre ellas la ballena piloto ( especie conocida por estar en la lista de animales en peligro de extinción) y la ballena Zifio. 
 
Una vez los pobladores cazan a los animales, cortan la carne en bistecs y filetean la grasa para consumirla cruda. 

La práctica en el lugar se ha desarrollado históricamente con el fin de tener reservas para la temporada de invierno. 

La repudiada costumbre de matar a las ballenas piloto para consumir su carne no sólo es controvertida, sino que además según los expertos puede tener consecuencias nefastas para la salud. 
 
El director del departamento de medicina y salud pública del archipiélago, Pál Weihe, recomienda no comer carne de los calderones debido a su alto contenido en mercurio y contaminantes orgánicos persistentes, consecuencia de las actividades industriales. 
 
“Esas sustancias afectan negativamente el desarrollo intelectual y neurológico de los humanos y debilitan su sistema inmunitario”, aseguró. 
 
"Comer (carne de ballenas piloto) es tan problemático para la salud de los feroeses que les hemos pedido que hagan ese sacrificio cultural", dice Weihe. 
 
A pesar de ello, parece difícil que los habitantes del archipiélago abandonen una costumbre tan arraigada. 
 
 
por:Autor Noticias RCN

NoticiasRCN.com

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