Escuchen a la gente
Los colombianos hemos visto cómo se han impulsado casi por capricho acciones políticas para reformar aspectos de trámite social y de impacto.
12:53 p. m.
¿En qué momento se dejaron de hacer con juicio las audiencias regionales antes de las reformas? No es muy democrático el tema de imponer a contrarreloj reformas que no entienden los más vulnerables. Ojo con la reforma laboral que la quieren tramitar antes del otro viernes.
Con mucha sorpresa, los colombianos hemos visto históricamente cómo se han impulsado casi que por capricho acciones políticas para reformar aspectos de trámite social y de impacto. Ya casi que es costumbre que los que lleguen quieran acabar con lo que se venía haciendo, con la muletilla eterna de que lo anterior estaba mal.
El punto radical de la indignación técnica, es que parece que la alternativa que ganó las pasadas elecciones, iba a acabar con el lastre de la poca participación ciudadana, y en palabras del Presidente, esta era una nueva etapa de participación y concertación con todos los sectores.
El debate debe ser siempre bienvenido en una democracia y más cuando se llega al poder con un llamado a la concertación y al cambio de las conductas nocivas. Tristemente, lo que hemos visto estos 8 meses han sido movimientos de influencers sin preparación, sorteando los hilos del rigor técnico, a partir de lo que les cuenten o lean en un par de trinos que pretendan deslegitimar algunas cosas buenas que tiene el país.
Hemos escuchado y leído de todo; “que la salud es casi la más mala del mundo”; que se necesita plata porque “quedó la olla raspada”, mientras vemos los excesos presupuestales en los que se ha incurrido sin sentido práctico o por lo menos coherente en estos últimos 8 meses; que se necesita una reforma laboral que comprometa justamente a los que generan el empleo y son la fuerza estructural del dinamismo económico; etc., un sinnúmero de analogías viscerales que solo generan titulares, opiniones y hashtags, para tener un argumento de cambiar por cambiar algo, sin el debido rigor consensuado que prometieron para llegar al poder.
El país ardió hace un par de años con el supuesto mensaje de no escuchar a los sectores, a la gente, a los vulnerables. Parte de la indignación colectiva empezó desde allí porque se prometían puertas abiertas al entendimiento ciudadano y al debate argumentado para que el pueblo fuera escuchado e interpretado, ¿Pero qué ha sido lo que hemos encontrado hoy?
La reforma laboral por ejemplo, es una avanzada que parece que a toda costa quieren radicar en ponencia antes del próximo viernes sin aún implementar procesos de audiencias regionales, de concertación cívica, de interpretación ciudadana. ¡Háganme el favor! La reforma que toca el bolsillo no solamente de “los 4000 más ricos” que decía el gobierno, la reforma que golpea estructuralmente al emprendimiento, a las pequeñas empresas, a los creativos, a quienes aún ni entienden por qué todo está más caro y nunca va a volver a bajar.
Sería prudente que el señor Agmeth Escaf, Presidente de la comisión séptima de la cámara de representantes, la representante María Fernanda Carrascal y otros tantos elegidos con esa promesa de concertación, abrieran espacios urgentes y sensatos para oír a las personas, a los emprendedores, a los creativos, a los empresarios, etc., y de alguna manera puedan constituir fuentes legítimas de reformas en donde seguramente no queda contento todo el mundo, pero si van a tener más virtudes de legitimidad y rigor con los sanos y debidos procesos.
Comunicador social y periodista, Asesor de comunicaciones estratégicas, CEO MM&C y Columnista
@donandreshoyos