Así se combate el narcotráfico en Tumaco y Nariño

La Unidad Investigativa de RCN se internó en uno de los escenarios más complejos para la fuerza pública en su tarea contra el cultivo y la producción de cocaína: Tumaco y Nariño.

En esa población confluyen todos los factores de riesgo. Mientras las tropas se baten en tierra contra miles de hectáreas en la erradicación manual, fuerzas especiales van a la caza de laboratorios.

La tarea que la fuerza pública libra a diario contra el narcotráfico empieza en un salón. Desde allí, Nariño y Tumaco son analizados en su vasta dimensión antes de cada movimiento.

De camino a una de las áreas de operación, abundan ilustraciones de las escandalosas cifras de cultivos de coca. De las 29.755 hectáreas detectadas en Nariño por el Simci en 2015, 16.960 eran de Tumaco.

En algunas partes, aparecen claras fronteras entre lo legal y lo ilegal. En la vereda El Encanto es donde se libra uno de los pulsos de la erradicación manual.

Cuando es hombre por mata, limpiar una hectárea tarda entre dos y dos horas y media. Con máquina, tarda hora y 40 minutos.

A veces, el crecimiento de la coca les da sorpresas y hasta la máquina se ve en dificultades.

"Cuando ya ha sido soqueada la mata toma la contextura de un árbol", aseguró el mayor David Solano Brito, comandante Batallón Terrestre 154.

Pero esto es anecdótico frente a las verdaderas dificultades para erradicar en zonas de Nariño y Tumaco.

"El otro problema que se nos presenta son los artefactos explosivos atravesados, tipo cilindros o minas antipersona", precisó el mayor Solano.

Son las trampas mortales que usan bandas y grupos armados para evitar la erradicación, pero esta no es su única táctica.

"Hay grupos delincuenciales que quieren y persisten en tener a las comunidades exclavisadas con el cultivo", enfatizó el coronel Walter Giraldo Jiménez, comandante de la Brigada Especial Contra el Narcotráfico.

La manipulación por parte de grandes y pequeñas bandas impide a los campesinos ver la propuesta de sustitución de cultivos.

Erradicar las matas de coca es solo una parte de esta pelea que da el Ejército. En áreas verdes, espesas y apartadas como las que abundan en Tumaco y Nariño está el otro reto: la interdicción.

Esta tarea es aún más compleja y requiere desplazamiento de fuerzas como la Brigada Especial Contra el Narcotráfico.

"Por medio de reconocimientos aéreos e inteligencia de diferentes agencias de inteligencia logramos ubicar los laboratorios de pasta de base de coca y de clorhidrato de cocaína", anota el coronel Hugo Durán, comandante del Batallón Contra el Narcotráfico Número 3.

Este año el Ejército ha encontrado y destruido 66 laboratorios de base de coca y 22 de clorhidrato de cocaína. El tamaño depende de los cultivos a su alrededor y su producción está fríamente calculada.

"En una hectárea se cultivan 10.000 matas de coca y de esas 10.000 matas de coca se produce aproximadamente kilo y medio de pasta base de coca, el procesamiento de ese kilo y medio serían 800 gramos de clorhidrato de cocaína", enfatizó el coronel Hugo Durán.

Con la destrucción de estos laboratorios se golpea en una de las partes que más les duele a los narcotraficantes: miles de kilos menos que entrarán al perverso mercado de la cocaína.