“Soy una periodista afgana amenazada de muerte y pido ayuda en Colombia”

Hela Mayar se encuentra amenazada por el régimen talibán. Su comunicación es prácticamente nula, y su caso, ignorado por la comunidad internacional.


Periodista afgana amenazada de muerte pide ayuda
Hela Mayar, periodista afgana - Foto: @helamayar_official

Katheryne Ávila

enero 30 de 2023
03:59 p. m.
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Más de 14.000 kilómetros separan a Afganistán de Colombia. Sí, es un país lejano. Y desde esta occidentalizada parte del mundo escuchamos y observamos todo tipo de cosas sobre ese país: talibanes, restricciones, censura, crisis, guerra, represión y violación de los derechos. Específicamente de los que tienen las mujeres. O, más bien, los que tenían.

Ser mujer en Afganistán, bajo el régimen talibán, se ve desde lejos como un reto. Pero desde cerca también lo es. Como mujer no imagino una vida bajo el velo del miedo. No concibo tampoco que alguien me impida trabajar y mucho menos salir a la calle sola. Esa es mi realidad. Sin embargo, la de las afganas es otra.

No es un secreto para nadie que con la llegada del régimen talibán al país, hace más de un año, los derechos de las mujeres fueron eliminándose. Primero, por cuenta de determinados anuncios: no más universidades o colegios, prohibición de salir solas a las calles, eliminación del Ministerio de la Mujer y prohibición de trabajar. Y a las actrices, periodistas o cualquiera que saliera en las pantallas se les pidió tapar su rostro, o simplemente fueron despedidas.

En contexto: “Ser mujer no significa nada, solo respiras": la tragedia de las mujeres en Irán y Afganistán en medio de la rebelión

Hace pocas semanas recibí un mensaje a la madrugada. Era una fuente, una mujer que vive en Kabul y a la que alguna vez entrevisté para hablar de su trabajo bajo las restricciones impuestas por el régimen. En esa conversación ella me dijo: “Las mujeres en Afganistán no somos nada, solo respiramos”. Ahora veo que lo decía muy en serio.

Su nombre es Hela Mayar, tiene 28 años, es periodista de televisión y es afgana. Tenemos algo en común y es que nos mueve el periodismo, la información, las noticias y la verdad. Pero, en medio de esta similitud, hay una gran diferencia: ella no puede ejercer el periodismo. ¿La razón? Es mujer.

En sus mensajes me decía: “Sé que no es su asunto, pero tengo muchos problemas de seguridad en este momento, he mandado correos y nadie me responde. Por favor, si conoce a alguien que me pueda ayudar, hágamelo saber”.

Hela es perseguida por los talibanes en su país, por ser profesional, periodista y mujer. “Recibo muchas llamadas de diferentes números y todos amenazan y dicen que moriré pronto. No sé qué pasa. Hablé con mi oficina una semana antes, porque algunas personas durante dos días siguieron mi auto. Compartí este problema, pero no se preocupan por mí. Recibo las llamadas, envío muchos correos electrónicos, pero nadie me responde ni me ayuda. Estoy preocupada por mi vida”, escribió.

Ha buscado todo tipo de ayuda. Hasta la mía, en otro continente. La autoridad en Afganistán es la que amenaza a las mujeres: no puede acudir a ellos. Su trabajo está controlado por los talibanes: allí tampoco puede pedir ayuda. Mantiene a su familia y a la de su esposo: ellos no pueden ofrecer una solución. Y salir del país no es una opción, porque tendría que dejar a sus seres queridos sin un sustento. Entonces, ¿a quién pedir ayuda?  

¿Sus últimas palabras?

En la madrugada de este lunes 30 de enero, recibí las que podrían ser sus últimas palabras hacia mí. Anhelo que no, pero la situación es crítica. Y sus angustias, incesantes.

Mi más sincero agradecimiento, señorita. Soy Hela Mayar, con diez años de experiencia laboral en los medios de Afganistán como productora y presentadora. Ya te he escrito sobre la situación que he estado pasando aquí en Afganistán.

Me gustaría actualizarte sobre las dificultades que enfrenté recientemente. Como mencioné anteriormente, debido a los altos riesgos que representa para mí y mi familia, me trasladaron a la casa de huéspedes de nuestra oficina y me estoy quedando ahí. No puedo salir ni siquiera por un momento. En mi contacto oficial anterior solía recibir llamadas desconocidas y amenazas de muerte.

No estoy segura de poder volver a escribirte un mensaje, ya que la situación es peor para mí. Por lo tanto, te pido amablemente que comprendas y me ayudes en todo lo que puedas antes de que algo pueda pasarme a mí o a mi familia.

Su caso, ignorado: la ayuda no llega

También amenazan a su esposo y la persecución es tal, que ella tuvo que abandonar su casa e instalarse en una pequeña habitación que le dieron en su trabajo para ocultarse. Pero no solo ella está confinada, muchas de sus compañeras de trabajo, también. Ahora vive en una casa que no es la suya: un cuarto de huéspedes en el que se esconde de las amenazas de los talibanes, que en cada llamada le piden renunciar a su labor y le advierten que tenga cuidado con sus palabras.

“Acabo de dejar mi hogar, mi oficina y mi esposo porque estoy lidiando con muchos problemas por el momento. Hace unas dos o tres semanas que sucede esto, me ha tomado mucho tiempo salir de la situación de este país”, aseguró.

Lea, además: Mujeres protestan en Afganistán tras prohibírseles el acceso a educación universitaria

Su vida no siempre fue así, marcada por el miedo, encerrada en una oficina y detrás de las cámaras. Todo lo contrario. En 2013 se unió al grupo Moby y comenzó a trabajar como presentadora y productora de diferentes programas en las pantallas de Tolo y Lemar, una reconocida cadena de noticieros afgana.

En ese momento su carrera despegó y se convirtió en una exitosa periodista. En el último año, trabajó como presentadora y productora en espectáculos de música, con cantantes y figuras políticas. Al mismo tiempo participaba de los shows.

Pero cuando los talibanes llegaron a Kabul tuvo que dejar su trabajo en la pantalla y comenzar a trabajar detrás de las cámaras. Aun así, Hela siguió con su labor a través de otras plataformas. La televisión ya no era opción, pero YouTube, sí. Por eso produjo un gran espectáculo en Tolo News: Tawde Khabare.

“En este canal hablamos de la situación que enfrenta Kabul en lo laboral. Eso atrajo la atención de los talibanes, quienes me han llamado a hablarme y decirme que renuncie a mi trabajo y tenga cuidado con lo que digo. Me han pedido que me quede en casa y no trabaje más, pero les respondí que necesito este trabajo y el dinero para mi familia. Ellos dicen que no soy musulmana y que acepte el islam, si quiero vivir en este país. También hablan sobre que soy hija de Norteamérica, que trabajo para ellos y que debido a esto debo enfrentar muchos problemas. No sé qué hacer. Solo hago mi trabajo, nada más, pero lo convierten en un problema muy importante para mí”, profundizó la comunicadora.

Hela no solo trabaja por pasión, también porque, como todos nosotros, lo necesita para vivir. Ella no solo mantiene a su familia, sino que además ayuda a la de su esposo. “Él tiene un trabajo, pero su salario es de 10.000 afgani, unos 100 dólares. Solo estamos haciendo nuestro deber. Trabajamos por nosotros, por nuestro país, por resolver todo lo que sucede”.

En su oficina hay muchas colegas en la misma situación. Todas mujeres, por supuesto, porque los hombres sí pueden hablar, pueden trabajar, pueden vivir, y pueden ser libres. No es cuestión de cultura.

Lo que pide esta mujer de 28 años es ayuda desde cualquier parte del mundo. Juntas hemos enviado correos a organizaciones internacionales para pedir que su caso sea escuchado, pero nada sucede. La respuesta es: “Ya lo estamos analizando y nos contactaremos con ella”. Pero la llamada nunca llega. Mientras tanto, Hela vive con el temor de ser asesinada por su profesión, en un país en el que la autoridad “quiere eliminar a las mujeres”.

Este es su mensaje para todo el que la lea: “Yo solo pienso que en esta situación unas personas que nos pueden ayudar se olvidan de nosotros cuando pasan cosas como estas. Quiero que me ayuden y también quiero ayudar a los demás, quiero salvar mi vida y hacer un futuro agradable para mí y también para mi generación, para quienes van a estar delante de mí en este trabajo”.

Lea además: ¿Quiénes son los talibanes y cuáles son sus objetivos?

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