Bogotá en rines

Por Gustavo Nieto

Más allá del evidente mal estado de las vías en Bogotá y la reconocida "respuesta desafortunada" de la alcaldesa de la capital Claudia López al trino de un ciudadano (llámese como se llame), el episodio entre la gobernante y el empresario Mario Hernández deja varias conclusiones en medio de los momentos tan intensos que vive la ciudad.

La innecesaria prevención de algunos funcionarios frente a la crítica hace pensar que la elección popular de alcaldes y gobernadores está fallando en uno de sus más elementales propósitos, otorgarle el derecho a cualquier persona de opinar sobre la gestión de quien lo gobierna.

Claro que el Estado ofrece las herramientas para que quien lo requiera pueda exigir, preguntar e incluso investigar, pero lo que más llama la atención es que, en tiempos de redes, exista tanta sensibilidad frente a la opinión y sobre todo se quiera evitar con un portazo en la cara.

La obligación de quien gobierna es otra, que no se les olvide. Por encima de las redes y la superficialidad, injusticia y grosería de muchos de los que las utilizan, sería prudente que quien ejerce autoridad responda con argumentos y no con más de lo mismo.

El reclamo del empresario no es gratuito, en Bogotá la malla vial padece de un abandono endémico, también está claro que nadie duda de la importancia de los programas sociales para la ciudad, pero el mal estado de las calles no es un tema menor, que afecta únicamente los rines de los lujosos carros de los empresarios. Es tan grave lo que sucede, que nos golpea a todos.

Por Bogotá transitan más de 517 mil motos y 2.5 millones de automóviles particulares, la mayoría no son lujosos vehículos y mucho menos sus propietarios son prósperos empresarios.

Hablamos de ciudadanos comunes y corrientes que literalmente "sudan la gota gorda" para pagar lo que en esta ciudad se convirtió en un tesoro, teniendo en cuenta que no hemos sido capaces de hacer un sistema de transporte masivo eficiente y el que tenemos está destruido o porque pasaron varias administraciones que lo dejaron a su suerte o porque los vándalos decidieron convertirlo en trofeo de guerra.

Así las cosas, "tener carro" es un tema vital. Haciendo cuentas, el ahorro en dinero, incomodidades y seguridad es invaluable.

Y, por otro lado, cuántos otros millones de ciudadanos que se benefician del servicio público agradecerían mayor cuidado a las vías. Por la ciudad se mueven casi 1.800 buses provisionales y 2.357 articulados de Transmilenio.

Mirando las cifras no es difícil asegurar que casi ningún habitante de Bogotá deja de afectarse por lo que pasa en las calles, no solo un empresario a quien eventualmente se le puedan dañar los rines de su lujoso automóvil.

Aunque hay que reconocer que en algo ha mejorado el cuidado de la malla vial, se estima que el 48% está en buen estado, aún está pendiente la meta de tapar 250 mil huecos antes de que termine el año. Tarea titánica pero inaplazable, no solo por la movilidad, también por la seguridad, especialmente de los motociclistas que sufren graves accidentes o incluso mueren por culpa de las "trampas" que encuentran en el camino.

Está claro que al lado de la indiscutible inversión en planes sociales prevista por la alcaldía, podría ir el cuidado de las vías, al fin y al cabo de su estado depende que la ciudad se mueva, haciéndola más amigable con quienes la habitan, también más práctica, menos demorada, más segura y porque no más espaciosa para que todos quepamos: el del carro lujoso, el de la moto, el del "pichirilo" a cuotas, el que va en transmi, el de la bici, la alcaldesa y el empresario, todos.

Por eso es tan valioso el desenlace de este episodio que empezó con frases disonantes y una que otra indirecta.

Hace apenas unas horas, alcaldesa y empresario se juntaron, hablaron y se escucharon, se dice fácil, pero en los días que vivimos escenas como estas son necesarias porque nos demuestran que todos cabemos, más allá de las diferencias y nos recuerdan que la reconciliación es un capital en el que nunca sobra invertir.

*Subdirector de Noticias RCN