Las nefastas consecuencias económicas de una baja tasa de natalidad en el mundo, según estudio

En un mundo donde la tasa de natalidad va en decadencia en muchos países, los expertos advierten las graves consecuencias en la dinámica económica y de los mercados, que amenaza con que a final de este siglo habrá una caída de la población global no vista desde la peste negra, la pandemia más fatal en la historia de la humanidad.

Recientemente la revista británica The Economist advirtió que el mayor desafío para la economía global en un futuro será el mantener a la población de la tercera edad, debido a la caída de nacimientos en el mundo, es decir, el desbalance entre número de trabajadores y pensionados será insostenible.

De acuerdo con el artículo, la caída de nacimientos se puede observar al comparar la tasa de fertilidad mundial, que en el año 2000 era de 2.7 nacimientos por mujer y hoy en día se ubica en 2.3 con una tendencia a la baja. Lo que representa un peligro, teniendo en cuenta que la tasa con la que la población se mantiene estable es de 2.1 nacimientos. Por lo que el mundo estaría cerca de una inestabilidad grave.

"Las personas jubiladas dependen del trabajo de la población activa, ya sea a través del Estado, que recauda impuestos a los trabajadores para pagar pensiones públicas, o mediante el uso de ahorros para comprar bienes y servicios, o porque los familiares brindan atención no remunerada", afirma el artículo The Economist en su publicación.

En Colombia, por ejemplo, para 2022 se reportaron 569.311 nacimientos en todo el territorio, mientras en 2021 se habían registrado 616.914 nacimientos, lo que representa una disminución del -7,7%. Esta dinámica en los nacimientos se ve reflejada en la tasa bruta de natalidad que en Colombia para 2022 alcanzó el valor más bajo de los últimos cinco años: 11 nacimientos por cada 1.000 habitantes.

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El aumento del envejecimiento de la población es preocupante en más de un tercio de los países con el mayor PIB del planeta, donde la tasa de fertilidad se ubica por debajo de la tasa de reemplazo en naciones como Estados Unidos, China e India.

"A medida que los ancianos mueren y no son completamente reemplazados, es probable que las poblaciones se reduzcan", cita el medio.

Por su parte, en los países de primer mundo, actualmente se registra una cifra de tres personas en edad de proactividad, es decir, entre los 20 y 64 años, por cada adulto mayor de 65 años, pero se prevé que para el 2050 este número caerá a menos de 2.

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Entre las consecuencias que se pueden producir por este posible escenario se establece una mayor carga fiscal tanto para los gobiernos, como para los jóvenes y adultos en etapa laboral, par apoder sostener las pensiones de la población en estado de vejez.