25-NOV
El sistema de atención a las víctimas de violencia de género tiende a ser descoordinado y revictimizante.
06:05 a. m.
Acaba de pasar el 25 de noviembre, que es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, así como el inicio de una campaña global de 16 días de activismo sobre el tema.
Es un buen pretexto para recordar la espantosa magnitud de este flagelo. Según Naciones Unidas, 1 de cada 3 mujeres se ha visto afectada por alguna clase de violencia de género y cada 11 minutos, una niña o mujer es asesinada por alguno de sus familiares. Solo en Colombia, van más de 800 homicidios contra ellas en lo corrido del año. Y se tiene conocimiento oficial de más de 30.000 mujeres víctimas de hechos violentos el año pasado.
El sistema de atención a las víctimas de violencia de género tiende a ser descoordinado y revictimizante. Entre unidades de Policía, comisarías de Familia, Fiscalía, Medicina Legal, clínicas, hospitales y otras instancias, una víctima tiene que contar su historia a un promedio de 10 funcionarios distintos, debe acudir a entre 5 y 10 entidades y dedicar, por lo menos, 20 días de tiempo completo a su proceso. No en vano, el Estado colombiano es bastante ineficaz en impedir el escalamiento de la violencia de género: entre 2009 y 2018, 2.671 mujeres fueron asesinadas luego de haber denunciado violencia en su contra. Una vergüenza.
El nuevo gobierno ha prometido convertir a Colombia en una “potencia mundial de vida”. Entonces, es requisito sine qua non que dejemos de ser terreno fértil para el escalamiento de la violencia de género, llegando hasta el feminicidio. Y para eso hay alternativas concretas de política pública:
- Liderazgo presidencial directo frente a diversas entidades del orden nacional y territorial con competencias convergentes en el tema. Similar solicitud debe hacérsele a alcaldes y gobernadores.
- Eliminación de barreras formales para la igualdad económica entre mujeres y hombres, como la brecha aún existente en licencias parentales.
- Cifras confiables y sistemas de información coordinados.
- Personal entrenado y dedicado exclusivamente a monitorear a lo largo del tiempo a las víctimas y presuntos victimarios, a partir de un sistema de marcadores y alertas.
- Más mujeres formadas en el campo digital, que presenta cada vez más oportunidades de generación de ingresos.
- Indicadores de gestión basados en resultados, no en el mero cumplimiento de deberes administrativos.
- Expansión del sistema de casas refugio, que protegen a mujeres y sus entornos familiares en riesgo inminente de feminicidio.
También es enorme la responsabilidad del sector privado, que puede ser un gran aliado en la eliminación de brechas de género en materia de salarios y acceso a empleo. Mayor independencia económica significa menor riesgo de victimización intrafamiliar.
Y ni se diga de la tarea de transformación cultural que convoca a medios de comunicación, artistas, influencers, iglesias, colegios, universidades y familias, entre otros en la erradicación del machismo.
Ojalá, esta fecha nos anime a dar pasos concretos en esta dirección. La situación actual es escandalosa, inmoral y de urgente superación.
@lopezjosedaniel
Director ejecutivo de Alianza In