Escalada terrorista, golpe directo al proceso de paz

Según el Gobierno, todas las evidencias apuntan a que fue la guerrilla del ELN la responsable de los dos atentados ocurridos este jueves contra sendas oficinas del fondo de pensiones Porvenir en Bogotá, que dejaron diez personas lesionadas, una de ellas en cuidados intensivos. Pero más allá de quién es el responsable, lo cierto es que en las últimas semanas se han presentado hechos violentos que, de manera directa o indirecta, como es el caso de los petardos en Bogotá, están afectando el proceso de paz que se lleva a cabo con las Farc en La Habana, Cuba.

Pese a que comienza a aclararse quiénes son los autores de los ataques terroristas ocurridos en la capital, muchos aún atribuyen estos hechos de violencia a una escalada guerrillera general que se suma a lo ocurrido días atrás en Nariño, Putumayo, Cauca, Valle del Cauca y Norte de Santander, entre otros, que dejó afectada a la población civil y causó graves daños a la infraestructura petrolera y energética del país además de provocar los daños ambientales más graves de los últimos diez años.

Incluso, desde el mismo Gobierno se escuchan voces en tal sentido. Antes de lo ocurrido en Bogotá, el comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, calificó de "enorme torpeza política de las Farc" la reciente escalada de violencia. Y aunque el delegado en Cuba reconoció que “no es fácil hablar de paz ahora”, insistió en que el Gobierno "no se va a rendir" en la búsqueda del fin del conflicto.

Un pronunciamiento similar hizo este viernes el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien llamó a las Farc a poner fin a la ofensiva terrorista que desde hace varias semanas adelantan contra la población civil. Cristo dijo que las acciones de las Farc lo único que hacen es perjudicar el proceso de paz. 

"Los atentados en Colombia son atentados directos al proceso y no tienen sentido. Las Farc deben entender que esos actos afectan a la población civil, a las zonas más golpeadas y las Farc deben tomar decisiones y parar el terrorismo y avanzar en el proceso".

Para el abogado Fernando Gómez, la situación actual, en la que la opinión pública siente que hay un deterioro de la seguridad, pide hechos de paz contundentes. Además, considera normal que la sociedad relacione los ataques en Bogotá con la guerrilla.

"La crispación de la sociedad civil es apenas natural. Todavía no sabemos quién detonó los dos petardos en Bogotá, pero enseguida se asume que fueron las Farc y eso es comprensible luego de que conocimos que volaron oleoductos, que dejan sin agua a Tumaco y sin luz a Buenaventura. Este es un caso de cría fama y échate a dormir, por lo que es necesario que haya una reacción muy clara del Gobierno, que demuestre que estas acciones no lo agarran desprevenido".

Gómez opina que este escenario es consecuencia de varios meses de comportamientos erráticos de las guerrillas que afectan a los civiles y, además, de una falta de socialización y acción por parte del Estado.

"Esto es una mezcla de elementos: por un lado las guerrillas actúan con un desprecio por los colombianos y por otro lado el Gobierno falla en comunicar en qué van las negociaciones, un día hablan de cese bilateral y al otro se echan para atrás, no hay acciones militares contundentes que demuestren su poderío armado y cuando estos hechos ocurren, rebosan la copa, así no sepamos bien quién los comete".

El senador del Centro Democrático, Alfredo Rangel, señala que la delicada situación de seguridad que hoy vive Colombia responde a una falla en la aplicación de métodos de seguridad por parte del presidente Juan Manuel Santos y el recién nombrado ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

"Santos no usa la fuerza legítima del Estado para atacar a las Farc y en lugar de eso les suplica que reduzcan sus acciones violentas. Esto viene desde hace cinco años cuando se desmontó la Seguridad Democrática y se pondera la seguridad de las Farc por el nuevo Mindefensa".

El abogado y analista Ramiro Bejarano está de acuerdo con Rangel en que el Estado tiene un derecho constitucional de uso legítimo de la fuerza, especialmente cuando está siendo atacado. Bejarano cree que es importante que el Gobierno de Santos emplee esta alternativa en un momento en que la escalada violenta de la guerrilla ha venido en aumento.

"En este momento el Gobierno debe usar su capacidad militar y combinar esas acciones con una estrategia política de exigir que haya avances en Cuba y que la guerrilla regrese a un cese al fuego unilateral. Hoy tanto la guerrilla como el Gobierno están muy golpeados por todo lo que ha ocurrido en las últimas semanas. Hay mucho desgaste y la gente no cree en el proceso de paz".

Bejarano asevera que no considera que la guerrilla pueda vencer militarmente al Ejército y por eso recurre a atentados que, relativamente, son fáciles de llevar a cabo, como el ataque a soldados que estaban resguardándose de un aguacero en Buenos Aires (Cauca) o la voladura de torres de energía, lo que aumenta sus capacidades para el terrorismo.

"Por eso es que el Gobierno debe mantener su presión militar, pero no puede hacerlo sin apostarle a la paz. Santos hace bien en estar de gira por otros países, invitando al Papa a Colombia y hablándole del fin del conflicto. Creo que este es un momento difícil, pero es el camino que hay que continuar".

A su vez, el exministro Camilo González Posso dice que una salida a los hechos de violencia y una forma de demostrar a la ciudadanía y a las autoridades que es posible negociar en medio del conflicto es lograr acuerdos humanitarios basados en normas internacionales y añade que esta debe ser una iniciativa que provenga de la mesa de diálogo en Cuba.

"El Derecho Internacional Humanitario tiene unas reglas claras y es simple cuestión de cumplirlas, y eso aplica tanto para el Estado como para las guerrillas: es decir dejar fuera del conflicto a los civiles, no atacar escuelas, no usar material químico ni aniquilar campamentos enteros. Creo que de esa manera se lograría desescalar el conflicto y se evita que haya una confusión ciudadana como la que estamos viviendo, en la que hay ataques sin sentido y termina por polarizar el país".

Por ahora, el proceso de paz con las Farc continúa. Este viernes, ambas partes regresaron a la mesa en La Habana tras un receso de seis días para retomar el ciclo 38 de los diálogos. No obstante, en las declaraciones de ambas partes se percibe la tensión provocada por el recrudecimiento de las acciones violentas durante las últimas semanas.