Asia central: ¿la nueva Rusia para Europa?

La guerra Ucrania-Rusia ha generado una crisis geopolítica de la energía. El cierre del flujo del gas ruso hacia la Unión Europea (UE) ha llevado a esta región a disparar el consumo de carbón térmico, a frenar el desmonte de las centrales nucleares y a buscar gas natural a precios inimaginables. 

Para enfrentar el invierno que se avecina y para consolidar la ruptura de la dependencia del gas ruso, están surgiendo nuevos aliados en el mercado energético europeo. Inicio por mencionar a USA, donde el 79 % del gas se obtiene por medio de la hidrofracturación (fracking) y se espera que a 2030 los buques metaneros soporten el 30% del gas que requiere la UE.

El precio de este gas licuado es alto y esto no deja de ser una limitante considerable. Por esta razón, los europeos están buscando conexiones mediante gasoductos con una región del planeta con la cual habían guardado ciertas distancias comerciales: Asia central.

En particular para Bruselas, Turkmenistán y Azerbaiyán revisten un interés especial. Si sumamos las reservas de gas natural de estos dos países vemos que consiguen superar las de Estados Unidos.

Azerbaiyán tiene una posición estratégica que le permite conectarse al gasoducto Transanatolio, que atraviesa Turquía y luego este, al conectarse al Transadriático, consigue llegar hasta Italia. La capacidad de producción de Azerbaiyán no alcanzaría para saciar la demanda de la eurozona, pero sin dudas será un aporte relevante.

Lo que puede cambiar el panorama del suministro es que el proyecto de gasoducto Transcaspiano se consolide, y esto permitiría conectar las enormes reservas de Turkmenistán con Azerbaiyán y, de paso, con la Unión Europea. 

Es evidente que este proyecto, que se planteó desde la década de los noventa, no le gusta a Rusia. Sacar adelante este proyecto y potenciar la explotación de gas natural en Azerbaiyán necesita inversiones millonarias y esto requiere la participación financiera de los europeos quienes han adelantado varios encuentros diplomáticos con las dictaduras de Asia central para asegurar su presencia y su abastecimiento. 

La China, desde hace varios años, tiene una sólida presencia en la zona. De hecho, su segundo proveedor de gas natural es Turkmenistán luego del gas licuado proveniente de Australia. El gigante asiático también está buscando ganarle terreno a Rusia en la región; así como se ha reunido con Putin igual lo ha hecho con los líderes de Asia central.

En este momento, la China es un socio más atractivo que Rusia, y esto puede consolidar a los países de Asia central como unos poderosos aliados de Europa y China, para desplazar la influencia que tiene en la zona Rusia. 

Resalto que la construcción del gasoducto Transcaspiano puede tardar varios años y por eso debemos saber qué están haciendo Europa y Asia central para hacer que fluya el gas. Hay tres opciones que se están planeando: 

1. Transporte de gas licuado desde Turkmenistán hasta Azerbaiyán; 2. Conexión de Turkmenistán a una plataforma marítima que tiene Azerbaiyán; y, 3. Aprovechar las conexiones de Irán con Turkmenistán y Azerbaiyán. 

¿Será que Europa va a realizar una apuesta decidida a futuro por el gasoducto Transcaspiano, o preferirá renegociar posteriormente con Putin? ¿Volverá Europa a buscar energía en firme en las centrales nucleares? Solo el futuro nos lo dirá.

@camiloprietoval
Profesor de Cambio Climático y Salud Ambiental de la Universidad Javeriana.