Eso ¡pá qué estudiamos!

Las volteretas ideológicas del radicalismo nos están llevando a peligrosas realidades confusas en donde lo malo pretende parecer loable, y lo bueno es sujeto de controversia y satanización. En vez de mejorar condiciones para el estudio, apelan a emociones para llenar atajos.

No es un secreto que frente a la ignorancia y el facilismo, la respuesta más taquillera siempre pudiera ser atacar el desarrollo, la objetividad y los recursos técnicos. Colombia ya está acostumbrada a respuestas altamente descabelladas para combatir el hampa que roba celulares, por poner un ejemplo. ¿Y cuál es esa estrategia? No salga con el celular a la calle.

Casi que atacan los argumentos desde la desastrosa emotividad para defender a los ciudadanos y los recursos públicos desde las respuestas más descabelladas y fáciles a la hora de posar de salvadores sociales de un país que desde siempre le ha apuntado a las oportunidades y al progreso. 

Parece que la respuesta más fácil para millones de colombianos que votaron, en teoría inspirados por “un cambio” lleno de oportunidades de crecimiento, hoy los insulta y condena a seguirles negando esas mismas oportunidades bajo el esquema inmediatista de criticar la educación y el mismo progreso con eufemismos únicos de honestidad y transparencia. La razón fácil de satanizar el conocimiento, únicamente amparado en la muy necesaria ética y transparencia laboral que deberían tener todos los ciudadanos sin distinción; incluidos hijos presidenciales, embajadores cercanos a la toscana, altos representantes gubernamentales, pastores con ínfulas antidemocráticas y uno que otro asesor que abiertamente patrocina el sobrepaso de la línea ética.

Ya hemos visto cómo critican las vacunas, la infraestructura, el conocimiento, los emprendimientos y el mismo progreso; pero alguna vez y mientras hablan de esa incoherente transparencia que no pueden sostener, se han preguntado ¿Qué haría un médico sin conocimientos técnicos?, ¿Cómo sortearía un piloto las sorpresivas fallas de un avión careciendo de preparación?, ¿Cómo un responsable de las finanzas públicas generaría resultados sólo siendo buena persona? Así estamos hoy, criticando la preparación en vez de proveerla.

En vez de promover el talento, invertirle al deporte, al arte, a la creación de universidades, de facilidades para el estudio de calidad en todas las regiones, y a todos los estratos, empezando por los más vulnerables, hoy parecen haber descubierto una modalidad de monetización exclusiva para los que hayan trabajado en una misma campaña política, en donde “los nadies” parecen una sola; los más vulnerables están encarnados en los mismos de siempre; y todo lo que antes criticaban, hoy se llena los bolsillos con las ilusiones de millones de personas transparentes y con hambre real y de conocimiento, que nunca van a llegar a esos altos cargos.

@donandreshoyos en Twitter e Instagram
Comunicador social y periodista, Asesor de comunicaciones estratégicas, CEO MM&C y Columnista