Tras las rejas

@jhpelaez en Twitter*

Hace un poco más de 10 años la Federación Colombiana de Fútbol asumió el reto de la organización del Mundial Sub 20, que terminó desarrollándose en 2011 en nuestro país. Uno de los puntos fundamentales fue la adecuación de los estadios en las ciudades sede, a ciertos estándares que exigía la FIFA. 

Recuerdo en medios de comunicación las polémicas y debates de colegas que hablaban de los beneficios y dificultades para lograr esos objetivos. Al final todos los estadios que se usaron en ese Mundial terminaron con tribunas 100% de sillas numeradas, dimensiones de terrenos de juego unificadas y se quitaron las mallas de seguridad que impedían acceso del público al campo de juego.

En el largo plazo los aficionados debían comprender los beneficios, y con campañas pedagógicas lograr que la tribuna se mantuviera donde debe estar. En pleno desarrollo de la competencia colombiana en 2021.

10 años después del cambio, se siguen presentando incidentes de aficionados ingresando al campo. Pasó hace poco en el partido de Quindío y Santa Fe en el Centenario de Armenia hubo intentos de agresión al árbitro Wilmar Roldán. Pasó en el América - Nacional en el Pascual Guerrero de Cali. El juez de ese partido Andrés Rojas lo terminó anticipadamente para evitar peores incidentes. Son solamente dos ejemplos muy recientes.

Hay un segmento significativo de la población que vive con grandes dificultades. Mucha gente está indignada, furiosa, perdieron la fe en el sistema y quieren revancha. Se ve a diario en la inseguridad en las calles que se desbordó. Matan gente por robarle un celular. El fútbol no es ajeno a las realidades sociales en donde se desarrolla. En las tribunas hay algo de eso también. Estamos ante un escenario que puede desembocar en una tragedia si no se hace algo urgente.

Colombia no puede volver a la época de las rejas en los estadios. Se han hecho intentos de uso de tecnología, los hinchas de algunas ciudades han pagado procesos de carnetización, pero en resumen nos hace falta mucho todavía para lograr los estándares internacionales de procesos de ingreso al escenario con biometría u otras tecnologías, que permitan a la policía identificar y luego judicializar a los que se comporten de manera irregular.

Siempre pongo el ejemplo del Reino Unido, en donde el plan de sacar a los hooligans de los estadios funcionó. Seguir sancionando a los equipos con varias fechas sin ingreso a ciertas tribunas no puede ser la única solución. Lograr llevar a los bárbaros tras las rejas, así sea lento y gradual puede ser el comienzo.

*Matemático. Periodista y columnista