Hoy por Venezuela, mañana por Colombia
Es descarado que aún existan personas nefastas e inconscientes que defiendan y respalden la dictadura en Venezuela.
10:53 a. m.
Se acercaban las elecciones en Venezuela y las preguntas sobre el resultado de este proceso electoral no se hicieron esperar entre las charlas con la familia, amigos y conocidos. Mi respuesta siempre fue contundente: se las van a robar. Aunque mi resignación era mayor, no puedo negar que en el fondo guardaba la esperanza y la fe de que algo bueno sucediera. No fue así; es martes y Nicolás Maduro suma dos días más como presidente electo ilegítimamente.
En Venezuela hay una dictadura desde hace décadas, un sometimiento cruel y descarado contra la ciudadanía, especialmente contra los más vulnerables. La llegada de Hugo Chávez jamás representó la “revolución contra la oligarquía”; siempre fue la revolución para alcanzar la dictadura.
Cuanto más grande se hizo el Estado, más se fortaleció la dictadura y más empezaron a depender los venezolanos del gobierno. Se empezaron a perder las libertades, se comenzó a perpetuar el hambre y la miseria, y cuando se quitaron la venda de los ojos ya era demasiado tarde. El tirano murió tirano, su bufón quedó como heredero y el pueblo padeció las consecuencias.
El “progresismo”, el socialismo, el comunismo y la dictadura llevaron a uno de los países más ricos del continente a la miseria. Un éxodo de millones de venezolanos que forzadamente tuvieron que abandonar su país porque se volvió imposible vivir con dignidad en la tierra que los vio nacer. Los hechos no pueden ser más evidentes: el daño ya está hecho y es descarado que aún existan personas nefastas e inconscientes que defiendan y respalden al chavismo en Venezuela.
Lo de Venezuela es lamentable. Toda Colombia debe despertar y no nos podemos demorar tanto en quitarnos esa venda de los ojos; ya estamos advertidos y conocemos las consecuencias.
Las elecciones en nuestro país vecino evidenciaron la clase de dirigentes que tenemos hoy en día: un presidente cómplice de la dictadura, ministros de bolsillo sin criterio alguno, congresistas del Pacto Histórico que respaldan el fraude electoral, exguerrilleros (ahora honorables congresistas) que respaldan al Gobierno que fue cómplice de sus crímenes en la frontera, y fanáticos petristas que revelaron que también son chavistas. Si están de acuerdo con todo lo que ha sufrido Venezuela durante más de dos décadas, seguro no les incomodará llevar a Colombia por ese mismo camino.
En Venezuela la democracia no existe. Desde un inicio muchos sabíamos que se iban a robar las elecciones porque el dictador Maduro tiene el control absoluto de lo que necesita para mantener su régimen autoritario. Tiene a las Fuerzas Militares como mercenarios de su lado, tiene a las instituciones corruptas que lo respaldan y hasta las bandas criminales están de su lado. Al final del día, entre bandidos se entienden mejor.
El futuro de Venezuela depende de los venezolanos que salgan a las calles a defender a su país. El respaldo masivo de los países de la región a María Corina Machado y Edmundo González será clave; ningún dirigente puede respaldar al dictador cobarde. Abramos los ojos, Colombia. En 2026 nuestro país no puede seguir siendo gobernado por un político que respalda, justifica y defiende la dictadura que ha dejado tantas víctimas.
Cuidemos nuestro país; Colombia está a tiempo de redireccionar su camino para salir de un gobierno capaz de cualquier cosa para justificar su ideología. A los comunistas como Maduro, el pueblo solo les interesa para someterlos y hacerlos dependientes de su poder. Ojo porque en Colombia están intentando lo mismo a través de las reformas. Por fortuna, aún somos un país fuerte y debemos unirnos, ser el pueblo colombiano en contra de un modelo ideológico y político que, mediante el populismo y la mentira, ha llevado a decenas de países a la miseria. Estamos a tiempo, hoy para recuperar lo que dejaron de Venezuela y mañana para cuidar a nuestra Colombia.