Así es el condón más antiguo de la historia: fue hallado en la tumba de Tutankamón
Una de las particularidades de este condón es que era empapado en aceite de oliva.
Noticias RCN
02:20 p. m.
Este descubrimiento arqueológico retrocedió a una de las épocas más rudimentarias, donde, aunque parezca increíble, ya existía el preservativo como método de anticoncepción. Lo curioso de este caso es que el antiguo condón fue encontrado en el sepulcro del faraón egipcio Tutankamón.
El preservativo fue hallado por el arqueólogo Howard Carter el 16 de febrero de 1923, dentro de la tumba de Tutankamón.
Lo más impresionante de este descubrimiento es que la funda se encontraba en muy buenas condiciones para el tiempo que permaneció enterrada.
La existencia del condón data del año 15.000 a.C., pues así lo han dejado ver los registros de pinturas dentro de las cavernas que simulan la figura de preservativos.
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¿Cómo era un condón de esa época?
En la tumba de Tutankamón se encontró lo que, hasta el momento, se conoce como el preservativo más antiguo del mundo.
Aunque habría permanecido siglos enterrado, las condiciones en las que fue hallado son aceptables.
Los primeros ejemplares de condones se conocen desde el imperio romano. Estos ejemplares eran fabricados con material de lino, cosidos a mano y lubricados con aceite de oliva.
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Lo que hallaron en la tumba de Tutankamón
En el féretro del faraón egipcio descubrieron objetos fabricados con oro, plata, ébano y marfil, además de un pequeño trozo de tela ennegrecido por el tiempo, que al estudiarlo se determinó que se trataba de un preservativo.
La funda de tela tenía un cordón que, de acuerdo con los arqueólogos, se usaba para atarlo a la cintura.
Este objeto ha sido catalogado como el preservativo más antiguo que se conoce hasta la fecha.
El condón más antiguo del mundo se utilizaba más como un método de protección de enfermedades de transmisión sexual como la sífilis y no para evitar embarazos. Sobre su eficacia, el anatomista italiano Gabriel Falopio, aseguraba que esta pieza de lino que se adaptaba como una caperuza al glande de los hombres antes de tener relaciones y evitaba la enfermedad.
Este médico habría probado el preservativo con más de 1000 hombres y ninguno contrajo sífilis.
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