La lapidaria respuesta de Horacio al reclamo de Emma por su compromiso

Después de lo que parecía una inminente negativa de Horacio para separarse de Ana de Nadie, la madre de sus hijos, se desencadenó su ruptura con Adelaida, quien tenía la ilusión de casarse y formar una familia con el arquitecto que está en el ojo del huracán por irregularidades en la licitación de un gran proyecto con la Alcaldía.

Aunque por celos por la relación de Ana con Joaquín decidió dejarla sin dinero y sin el camino libre para vivir su idilio, el rechazo de quien fue su amante lo llevó a reflexionar y finalmente firmarle el divorcio a su esposa, después de 25 años.

Pero esto no fue todo. Para ganarse el perdón de Adelaida, Horacio llegó a su apartamento y arrodillado, con un anillo de compromiso, le pidió que fuera su esposa. Tras una seria conversación, la abogada aceptó y su vida podría tomar un nuevo rumbo.

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El reclamo de Emma a Horacio

Horacio y Adelaida acordaron que él iba a ser quien le comunicaría su compromiso tanto a Ana como a sus hijos, pero Emma, su hija mayor, se adelantó y se dio cuenta del anillo que llevaba la novia de su padre, por lo que inmediatamente la cuestionó, y ella, sin mediar palabra, le confirmó que sus sospechas eran ciertas y que efectivamente se casará con el compañero de vida de su madre.

La reacción de Emma fue encarar a su padre en la oficina de la Presidencia de Hova Arquitectos. Cuando enfrentó a Horacio le dijo que si no le parecía una ridiculez querer ser papá cuando estaba a punto de ser abuelo.

Pero cuando menos lo esperaba Horacio le dijo que él sabía lo que estaba pasando. Emma inmediatamente se preocupó y pensó que le estaba hablando de su embarazo, pero afortunadamente se refería a su viaje a Boston.

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Ana y Horacio libres para vivir sus romances

Adelaida recibió a Horacio, quien llegó a proponerle matrimonio con el anillo que compró en la joyería del collar y la pulsera talladas con la letra A. Adelaida se conmovió, pero le advirtió que solo aceptará si él está dispuesto a tener la vida que ella sueña, y que incluye hijos. El enamorado Horacio, decidido a no perderla, terminó aceptando abrirse a la posibilidad.

Por el otro bando, Ana compartió con Joaquín la alegría de ser libre por fin, pero también le confesó el dolor que siente de que su familia oficialmente ya no exista. Este, comprensivo hablando desde su propia experiencia, le prometió que la etapa que viene para ambos la hará sonreír de nuevo.

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