Noches en blanco, el eterno despecho de “la política del amor”

@donandreshoyos en Twitter e Instagram*

Entre las fantasías melancólicas de Petro, aún no programa una ALOCUCIÓN para asumir su derrota luego de 3 años. Al parecer le queda más fácil culpar a otros de su incoherencia, que reconocer que simplemente despertó más terror que la insuficiente opción que tenemos.

Los ciudadanos parecemos estar acostumbrándonos a una nueva forma o estrategia política, que además de rastrera, da muestras del desprecio individual de algunos líderes, que utilizan a sus mismos electores y uno que otro robot para plagar de insultos y descalificativos sobre las preferencias ciudadanas para ejercer el sano derecho a votar por quien se nos pegue la gana sin tener que explicarle a nadie.

La mal llamada “política del amor” ha sido el ejemplo más claro de esta corriente incoherente que pregona paz, tolerancia y respeto, mientras día y noche, (de día con su gente y de noche con sus robots), critican “la democracia hereditaria” mientras ponen a sus hijos, de diputados en el Atlántico, se indignan con la clase dirigente que trina desde sus lujosas casas a las afueras de la ciudad, mientras trinan desde sus lujosas casas a las afueras de la ciudad, se enfurruscan con las cepas traídas de otros países mientras llegan de Europa contagiados, condenan los sucesos ocultos de los otros mientras no pueden explicar por qué reciben billetes en bolsas de basura, en fin; Una serie de autobullying enfermizo que sus seguidores de forma selectiva no ven, pero con todo el rigor le montan la perseguidora a los otros que hagan lo mismo.

Es sin duda es una pelea perdida, lo de los seguidores ya es una elección individual que cada quién tiene y ve cómo dosifica en sus actuaciones. De eso justamente se trata el sagrado derecho a las preferencias, en donde cada quien, ve a qué se presta, cómo lo hace y qué espera de su elección. Lo miserable realmente del asunto es que los líderes de la “política del amor” ahora hayan encontrado una forma mezquina de ir por la vida graduando a los que no piensan igual como “enemigos” de una tolerancia que predican desde el gatillo de sus redes llenas de corazones, abejas, aguacates y una “retahíla pacifista” plagada de incoherencias temerarias que pretenden enamorar a las malas, de un proyecto que despierta más miedo que el miedo mismo al cual nos estamos enfrentando.

El despecho tiene que ser una vaina muy desgastante sobre todo cuando no hay espacio mental para la autocrítica. Lo grave del tema y que realmente algunos ciudadanos no estamos dispuestos a soportar, es que vayan por la vida expropiándonos

el derecho democrático a escoger lo que se nos pegue la gana. La Fiscalía, la Procuraduría, y la opinión misma, deben ser implacables con las sindicaciones de estos líderes que se están malacostumbrando a atacar a los propios ciudadanos para generar titulares y luego mandar a sus vasallos a trinar “lo que Petro quiso decir fue”…

Es una estrategia pobre, mala, no funciona y de verdad, despierta más terror que las incoherencias por las que se indignan todos los días. Parecen que estuvieran haciendo campaña contra ustedes mismos. Los seguidores de estas alternativas deberían ser más exigentes con el rigor de esos pronunciamientos y no salir como máquinas a justificar cada cosa que haga mal su opción democrática. ¿Dónde está la paz?, ¿Dónde está la tolerancia?, ¿Dónde está la diversidad por la que luchan todos los días?

Ojalá la tusa y el despecho solo genere unos malos tragos y una que otra lágrima oyendo algún vallenato de lo que pudo haber sido. ¡De eso se sale!, pero qué miedo que esos gatillos editoriales, más la arrogancia, el resentimiento y el fanatismo se conviertan en armas letales contra los propios colombianos que pensamos diferente.

*Comunicador social y periodista, Asesor de comunicaciones estratégicas, CEO MM&C y Columnista