Un Gobierno que condena a su país a la pobreza

En medio de esta coyuntura que nos trae tantas preocupaciones, quedan pocas oportunidades para hacer análisis sobre el retador panorama al que nos quiere llevar el gobierno actual en materia económica.

Ya lo han dicho diferentes analistas, 2024 será un año que traerá muchos retos para el tejido empresarial colombiano, para los bolsillos de todos y en especial los de los más vulnerables. 

Los indicadores de una inminente desaceleración económica son cada día más alarmantes, y a pesar de que confluyen factores que no necesariamente están bajo el control nacional, sí preocupa altamente que lo que se puede hacer no se esté haciendo. 

Lo dijeron las calificadoras internacionales, recientemente, la posibilidad de que Colombia recupere el grado de inversión para 2025, como lo habían anticipado desde el ejecutivo, no es viable. 

Y el Gobierno, en vez de estar atendiendo los asuntos en los que se puede centrar, como fortalecer el tejido empresarial y fomentar el empleo, lo vemos enfocado en venderle al país una realidad diferente, intentando, además, imponer reformas que afectarán de manera seria aspectos como la generación de empleo, la atracción de inversión, la estabilidad pensional y la salud de los colombianos. 

Uno de los indicadores que recientemente generaron alerta son los resultados de la inflación, si bien se registró una reducción, alcanzando en octubre el 10,48% interanual, esto refleja una leve caída que no es suficiente, porque seguimos estando en dos dígitos, y además rezagados si nos comparamos con lo que está sucediendo en la región. 

Esto preocupa de cara a la próxima negociación del salario mínimo, aspecto con el que se debe tener mucho cuidado si no queremos generar un impacto en la generación de empleo.

Por su parte, el comercio registró también unos números negativos durante octubre, el peor mes de este año. Según la Bitácora Económica de Fenalco, para un 84% de los comerciantes que participaron en la encuesta, sus ventas fueron iguales o inferiores a las registradas en octubre del año anterior. 

En material industrial, de acuerdo con los últimos resultados, la producción industrial nuevamente registró una fuerte caída, reportándose en septiembre de este año una variación en -6,9%. Según el DANE, de 39 actividades industriales, 31 registraron un comportamiento negativo. 

Otro factor de alarma, el Presupuesto General de la Nación aprobado para 2024 que tiene graves falencias, porque incrementa de manera alarmante el presupuesto en funcionamiento del Gobierno, es decir, mayor burocracia, y además no sustenta adecuadamente las fuentes de financiamiento. 

¿Qué significa esto? Que pueden estar en riesgo la sostenibilidad de las finanzas públicas de nuestro país, y que se aumente la tentación de incumplir con la regla fiscal. 

En términos prácticos, esto representaría que el país sea percibido como de alto riesgo, afectando los costos de la deuda para Colombia, las calificaciones internacionales y en consecuencia disminuyendo el atractivo de los inversionistas en Colombia. Nuevamente, todo termina recayendo en la generación de empleo, la creación de empresa y el desempeño general de nuestra economía. 

Como es tradicional, este Gobierno nos tiene acostumbrados a la improvisación y a la falta de rigurosidad técnica, que son la manera intencional, así no parezca, en la que sumergen al país en un caos del que va a ser obligación de todos recuperarnos.

@carlosmeiselv
Senador de la República