Gobierna el miedo
No es percepción, la inseguridad en Bogotá está desbordada.
11:30 a. m.
Restaurantes, calles, dentro de un bus o un carro particular, en cualquier sitio la gente está expuesta y lo más dramático es que no hay una salida fácil. El gobierno nacional se olvidó de la seguridad ciudadana, el distrital aplica estrategias ineficientes y la justicia sigue protegiendo a los victimarios.
Jean Claude Bossard el viernes cumplía 30 años. Su familia planeaba una celebración, y lamentablemente ese día terminó despidiéndolo. Un joven piloto comercial lleno de vida, apasionado por las motos y un hijo maravilloso, como bien lo decía su papá en esa vigilia tan dolorosa en el sitio donde dos delincuentes lo mataron. Nadie merece morir así, pero lamentablemente con esta situación tan grave cualquiera puede ser la próxima víctima.
No es exagerado, realmente la capital del país pasa una de sus peores épocas de criminalidad. Los datos pueden mostrar que disminuye todo, la situación en la calle es otra cosa. La policía no da abasto, la justicia no opera y los ladrones hacen lo que quieren. No hay un espacio dónde sentirse seguro y los pocos que alguna vez existieron, hoy también son blanco de los criminales. Les hablo por ejemplo de Transmilenio, en algún momento de la historia estar en una estación o en un bus generaba una sensación de inseguridad y un atraco en el sistema era un escándalo nacional. Hoy sabemos que es un atracadero sin control. O los centros comerciales, donde esta misma semana asaltaron a plena luz del día una joyería.
El gobierno Petro ni una palabra. Claro que la competencia es local, pero sin un apoyo nacional, es imposible. No hay policías suficientes. Si no hay estrategias de país en contra de los grupos criminales, menos para combatir la delincuencia en las áreas urbanas. Un abandono total al principal problema que enfrenta la ciudadanía hoy. Y ni hablar del distrito. Una de las banderas del alcalde Galán fue la seguridad, pero las campañas son poco o nada efectivas, no se ven, no disminuyen el delito y la situación es profundamente grave.
Cada hora denuncian 14 robos. Cada hora, por Dios. ¿En qué sociedad es posible una convivencia así?. Y eso es lo que denuncian, el subregistro es mucho más alto por la poca confianza en la justicia, así que calculen cuál puede ser la realidad. Los datos de denuncias a la baja en mi opinión no son más que el fiel reflejo de la pérdida de confianza en la justicia. Y cómo no dejar de creer, cuando el menor que mató a Jean Claude ya había sido sorprendido robando antes y como si nada siguió haciendo lo mismo en la calle. Los vecinos denunciaron la misma moto, los mismos criminales en más de una ocasión, pero nada paso.
Y si de revisar lo que pasa con la justicia se trata, pues el sistema protege tanto a los victimarios que el menor solamente pagará 8 años en un centro de reclusión especial. Es el sistema, ágil para garantizar los derechos de los delincuentes, pero corto, muy corto se queda para proteger a la gente.
O cómo entender que una banda de atracadores de carros desmantelada por la policía quede libre, porque el fiscal no solicitó una medida de aseguramiento al considerar que era suficiente con aceptar cargos y tener un arraigo. Me pregunto ¿qué será lo que hacen apenas quedan libres?; ¿será que salen a buscar un trabajo decente?.
Tristemente la situación no va a cambiar. Estos casos se van a seguir repitiendo, y puede ser cualquiera de nosotros. No dudo que somos muchos más los buenos, per la batalla contra la delincuencia la estamos perdiendo. Ojalá que para los candidatos a la presidencia esta sea una prioridad.