20 años de la Ley 100, así funciona el sistema de salud

En los años ochenta padecer una enfermedad de alto riesgo o acceder a servicios de salud era una actividad destinada a hospitales públicos, casas o fundaciones de caridad.

“Muchos pacientes no tenían cómo hacerse una diálisis ni había equipos de diálisis, ni trasplantes, ni había todo lo que hay hoy”, explica Julio Castellanos, director del hospital San Ignacio de Bogotá.

Quien no hacia parte del sistema de seguridad social, según algunos, prácticamente estaba condenado a muerte. Las clínicas u hospitales recibían recursos básicos y restringidos.

“Los hospitales recibíamos el dinero y con eso atendíamos a los pacientes que podíamos”, agrega Castellanos.

Situación que se traducía en poca tecnología, hacinamiento y largas filas de los usuarios, un problema que aunque no es diferente al actual, para los conocedores del tema, desde 1994 cuando entra en vigencia la Ley 100 la cara de la moneda es otra.

“Se logró que lo que tiene que ver con la atención de enfermedades de alto costo, tuviera quien lo financiara y se garantizara el valor de esas atenciones a las personas”, manifestó José Fernando Cardona, director de Nueva EPS.

El cambio más significativo fue que se empezó a ver la salud como un derecho fundamental,  y se crearon las EPS, las IPS, la ARP, las ARL y muchas otras siglas que además de crear confusión, ofrecían a los usuarios libertad para escoger hospitales y centro de atención. Atención que en muchos casos en negada.

“Todavía tenemos limitaciones, y no se ha logrado universalizar”, indicó José Fernando Cardona.

Para los expertos, el reto de la salud en Colombia está en reorganizar el sistema y a su vez  que las EPS o fondos de pensiones consideren ser más que su capitalización.

“En esa época los servicios eran muy eficientes, muy buenos, no había tanta tramitología. Actualmente es que tenemos una cantidad de inconvenientes”.

“No era tan difícil conseguir una cita médica, ahora se le complica a uno y hay veces que va uno a sacar una cita y toca esperar hasta dos meses”.

“Yo que he estado toda la vida en el Seguro Social, era muy bueno, excelente”.

Estas son las opiniones de algunos pacientes que asisten al hospital de Kennedy, uno de los centros de atención más concurridos del sur de Bogotá. Pero la situación no es diferente en el resto del país.

Los pacientes aseguran que tienen problemas para la atención  en urgencias, consecución de citas médicas y entrega en los medicamentos y tratamientos, pues muchas veces deben recurrir a las tutelas y a veces estas no son atendidas.

Pensionarse en Colombia era un tema difícil de manejar. Hace 20 años existían más de cien sistemas de pensiones y diversos regímenes a los cuales los trabajadores acudían para jubilarse. 

En abril de 1994 nació la ley 100, que redujo a dos los regímenes pensionales y dejó  uno en manos de los fondos privados y otro en las del Seguro Social, esto es quizás uno de los temas más controvertidos de esta ley.

“Ha sido muy positiva la implementación de la Ley 100. Con ella se estableció un sistema dual de pensiones”, asegura Isabel Meza, experta en pensiones.

“Los que eran derechos lo volvieron negocios, los que era usuarios o ciudadanos los volvieron clientes”, manifestó el senador Jorge Enrique Robledo.

Para algunos, hubo una revolución que puso en orden el sistema.

“Adicionalmente hay unos aspectos positivos, y es que se crearon unas pensiones nuevas, entre ellas podemos contar una pensión para madres trabajadoras cabezas de familia”, dice Isabel Meza.

Sin embargo, hay quienes ven con preocupación que con estos ajustes el mayor número de pensionados estén en manos del Estado.

“Los pensionados se los dejaron al Estado, al Seguro Social, y los aportantes se los pasaron a los fondos privados de pensiones que han hecho un negocio fabuloso”, dice el senador Robledo.

Una de las mayores preocupaciones es como se van a financiar las pensiones de muchos colombianos que están en Colpensiones, antiguo Seguro Social, puesto que el número de pensionados es cada vez mayor.

Aunque la Ley 100 lleva casi dos décadas de vigencia, aún genera cambios en el sistema, puesto que desde este año la edad de jubilación aumentó quedando en 62 años para los hombres y 57 para las mujeres, sin contar que a partir del próximo año el número de semanas cotizadas paso de 1.275 a  1.300.