¿Dónde está la “Política del amor” en el “corazón grande”? | Por: Andrés Hoyos
Pero por una sola vez y con criterio social, no caigamos en el juego como borregos defensores de ataques permanentes que no construyen una sociedad.
06:00 a. m.
Por: Andrés Hoyos*
@donandreshoyos en Twitter
Mucho se ha dicho sobre la polarización desmedida que hemos tenido que padecer en Colombia a causa de líderes y gobernantes que excedieron su foco humanístico para trabajar por el bien de la gente y trasgredieron planos personales que se han convertido en peleas y enredos propios de la idiosincrasia macondiana, plasmadas en los rines de las incoherencias más escabrosas.
Desde hace varios años, hemos visto cómo la llamada “política del amor” y el “corazón grande”, por poner un ejemplo, se sacan chispas diastólicas con el latir sin criterio de quienes, sin fondo, han casado peleas como propias, sin siquiera cuestionar si las posturas excesivas e ideológicas de ambos extremos, están diseñadas para los colombianos y no como afrentas personales sin ningún disimulo.
No pasa un solo día en el que uno u otro, no tenga una actitud atacante y belicosa de cara a su contradictor que, con sus seguidores o ejércitos virtuales, calientan aún más el escenario de opinión pública, que pareciera sobreexcitarse con la cantidad de adjetivos y atropellos que vienen de un lado u otro.
Suficientes errores cometen estos líderes a diario desde el afán por disminuir a su contradictor de turno, como para que la opinión y quienes estamos detrás de un teclado, acaloremos más un ambiente contaminado de un rencor que ni siquiera es propio sino heredado.
Es tan triste este llamado al debate sin sangre, que quienes lo promovemos nos vemos como los indolentes del paseo, e incluso nos critican por no tomar una u otra postura altamente inaportante al debate de fondo nacional, en el que abunda la intolerancia, la infodemia desmedida, el tufillo de revancha visceral, y la falta de propuestas que realmente impacten a una sociedad que clama no por más atropellos, sino porque de una buena vez se dediquen a gobernar y se porten como adultos, en la dignidad que el mismo pueblo les ha encomendado.
Señores gobernantes, revisen sus propuestas y sus posturas, seguramente de ese sancocho de posibilidades entre todos logremos armar una Colombia por lo menos con más criterio. Amigos de la opinión pública, ni más faltaba que no podamos apoyar a quien se nos antoje, pero por una sola vez y con criterio social, no caigamos en el juego como borregos defensores de ataques permanentes que no construyen una sociedad. Un mal tuit en las ciudades capitales se puede convertir en un lamentable asesinato en nuestra periferia.
*Comunicador social y periodista. Asesor de comunicaciones estratégicas y columnista.