¿Por qué los abusos de la fuerza pública quedan impunes? | Por: Chabelly Agudelo
Es parte de nuestro comportamiento como especie. ¿Estamos condenados a soportar los mismos abusos una y otra vez? Los liberales creemos que no.
06:12 a. m.
Por: Chabelly Agudelo
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¡Hola a todos! Muchos hemos presenciado con total desconcierto los últimos acontecimientos en Estados Unidos, a raíz del homicidio de George Floyd.
Sin querer negar, que hay un problema racial sobre el cual la psicología podría darnos algunas explicaciones. Hoy no vamos a hablar ni de racismo ni de las reacciones que esto ha causado. Hoy vamos a hablar de poder.
En 2019 se registraron alrededor de 1.100 asesinatos cometidos por policías en Estados Unidos. Es decir, que el caso del señor Floyd no es un caso aislado y en promedio sólo el 1 por ciento de los policías son declarados culpables.
Como sociedad nos encontramos en un gran dilema. Por una parte necesitamos seguridad, pero por otra la organización estatal encargada de nuestra seguridad frecuentemente viola, asesina, roba, entre otros actos de corrupción, a tal punto que muchos de nosotros cuando vemos un policía en lugar de sentirnos seguros, sentimos miedo.
¿Por qué los abusos de la fuerza pública quedan impunes? Es una dinámica del poder. Quien lo tiene, rara vez se auto somete a éste y hace todo lo posible para que éste crezca.
Lo llevamos en nuestros genes, es parte de nuestro comportamiento como especie. ¿Esto significa que estamos condenados a soportar los mismos abusos una y otra vez? Los liberales creemos que no, aunque es un problema dificilísimo de resolver dentro del orden social, las expectativas de minimizar los abusos de la fuerza pública vienen dadas por una alternativa: o por implantar un marco institucional que limite el
poder y lo desconcentre o por las constituciones de ciudades privadas en las que la provisión de seguridad se haga a través del mercado.
Siempre que el poder se encuentre altamente concentrado, corremos el riesgo de que nuestro mayor defensor se convierta en nuestro mayor agresor y que en el proceso terminemos acostumbrándonos a esto.
No en vano Lord Acton nos advertía que: “el poder tiende a corromper y el poder absoluto, corrompe absolutamente”