Opiniónseptiembre 19, 2022hace 2 años

Colombia sin garantías

La oposición no siente que el actual gobierno y sus alfiles respeten las garantías de las que se debe gozar en democracia.

David GhitisFoto: NoticiasRCN.com

En hechos sin precedentes, los que somos opositores al gobierno de Gustavo Petro vemos con preocupación como las garantías a la oposición parecen no están en la agenda del presidente.

Hechos lamentables como el del pasado sábado 3 de septiembre cuando el senador y presidente de la comisión tercera, Gustavo Bolívar, llamó “lameculos” al opinador y twittero Jaime Arizabaleta y además lo amenazó con publicar el prontuario delictivo de su familia, ponen a pensar mucho en qué situación estamos.

Hago un paréntesis para recordarle a los lectores que el padre de Jaime Arizabaleta, exgobernador del Valle del Cauca, fue acusado por la justicia de recibir dineros del cartel de Cali y vinculado al proceso 8,000, pero fue encontrado inocente de todos los cargos después de una investigación durante la cual Arizabaleta Calderón estuvo en detención preventiva. Situación dolorosa para la familia y que fue aclarada por la justicia, aunque algunos hacen un gran esfuerzo por omitir el final de la historia.

Ya desde antes de las elecciones el ahora presidente Gustavo Petro mostró su talante al atacar columnistas que escribían cosas que no eran del agrado del entonces candidato, estigmatizándolos y haciéndolos de esa forma blancos del matoneo por parte de sus más de cinco millones de seguidores en las redes sociales y descalificando a los medios de comunicación y agremiaciones defensoras de la libertad de prensa que criticaban su posición de censura. Es irónico que el Presidente de la República, quien en una democracia debería ser quien diera el ejemplo en la defensa de la libertad de prensa y de expresión, censure y estigmatice de esa forma sin siquiera ponerse colorado.

Ahora que ya son gobierno, se ha visto como pisotean y menosprecian a quienes buscan comunicar, como lo hizo la ministra de minas y energía al no poder responder preguntas de periodistas precisamente en un congreso sobre minería, y regañarlos y salir corriendo después de decir que no la dejaban hablar. O como el mencionado senador que insulta a un particular que ejerce su legítimo derecho al control político.

Los ataques a las opiniones de particulares y a los medios de prensa por parte de legisladores como Gustavo Bolívar y de miembros del gobierno no tienen nada que los diferencie de las acciones que criticaban al entonces presidente de los Estados Unidos Donald Trump. Claro, cuando los realizaba Trump eran mal vistos, pero cuando los realizan ellos mismos son aceptados. 

La oposición no siente que el actual gobierno y sus alfiles respeten las garantías de las que se debe gozar en democracia. Durante el gobierno de Iván Duque los entonces opositores no cesaban de decir que Colombia estaba en dictadura, pero nunca se vio algo ni parecido. Durante el gobierno anterior nunca vi a un congresista de la bancada de gobierno insultar a un particular que cuestionaba el trabajo del gobierno.

Lo más parecido a un término tan vulgar fue el del ya fallecido diputado antioqueño Rodrigo Mesa Cadavid quien dijo que “gastar dinero en el Choco es como perfumar un bollo”. Una grave e imperdonable falta de respeto hacia la gente de la región y peor aun viniendo de un funcionario de elección popular que, como tal, debería ser un ejemplo de cordura.

Colombia está hoy pasando por una grave época en la que quienes nos expresamos contra el gobierno sentimos que las garantías no se están dando. El actual gobierno se hizo elegir con el irreal argumento de que Duque era un dictador y ahora es el actual gobierno y los políticos de su pacto histórico quienes están actuando exactamente como ellos decían que actuaba Duque. Es triste decirlo, pero hoy en Colombia no hay garantías para quienes pensamos distinto al presidente.

A lo anterior quiero agregar los episodios del congresista Flórez quien en avanzado estado de embriaguez se despachó en insultos contra unos policías a quienes llamo desde violadores de derechos humanos hasta asesinos, situación que seguramente no pasará de allí y el congresista saldrá airoso hasta que le llegue la próxima borrachera y repita su comportamiento. O el caso del embajador Benedetti, el cual en un video recién estrenando el cargo se observa bien alicorado, como lo publicó el diario El tiempo. Las críticas a estos actos reprochables han sido atacadas desde las redes sociales en un claro esfuerzo por silenciarlas, como con las salidas en falso de la ministra de minas y energía, quien hasta ahora lo que ha demostrado es una incapacidad para estar en ese cargo y que cada vez que alguien lanza un cuestionamiento a ese nombramiento, es lapidado desde redes que con lenguaje agresivo intentar silenciar a los opositores. Incluso el mismo presidente ya salió a descalificar a quienes cuestionamos la capacidad de la ministra. 

La capacidad de crítica que ostentó el actual presidente cuando fue congresista-candidato no tiene la capacidad de volverse autocrítica. 

En Colombia estamos sin garantías.

 

@ghitis

por:David Ghitis

David Ghitis

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