¿De quién es la culpa?

La gran mayoría de reclutamientos son fruto de raptos o amedrentamiento de las familias que deben entregar a sus hijos.


Noticias RCN

agosto 29 de 2022
03:35 p. m.
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De acuerdo a la Unicef, los “niños soldados” son los menores de 18 años que forman parte de algún grupo armado ya sea de fuerzas regulares o irregulares. No importa si su labor es ser cocinero, mensajero. Esté armado o no. Se exceptúan los hijos de los miembros de los grupos antes mencionados. Igualmente son “niños soldados” los menores reclutados con fines sexuales y para matrimonios forzados, ya sean niños o niñas. Recordemos los siguientes puntos:

a) Unos años atrás se admitía que la edad de un combatiente debía ser mínimo de 15 años, pero desde el “Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño” del año 2000 se determina que la edad mínima para participar directamente en hostilidades cambia de 15 a 18 años (Artículo 1) y prohíbe el reclutamiento voluntario o forzoso de menores de 18 años (Artículo 2).

b) El Estatuto de la Corte Penal Internacional (1998) dice que es un delito de guerra reclutar a niños menores de 15 años o utilizarlos para participar activamente en conflictos armados internacionales o internos.

c) La ONU determina que el reclutamiento forzado es una de las peores formas de trabajo infantil.

d) El estatuto de Roma dice claramente que es un crimen de guerra reclutar a menores de 15 años y la ley colombiana extiende esa prohibición a los menores de 18 años.

e) Incluso si se alega que el niño se presentó de manera voluntaria, ese reclutamiento se considera ilegal y forzado por el carácter de menor de edad del reclutado.

Con esto ya aclarado, también es importante dejar bien claro que la muerte de un niño por acción de un combate, es deplorable. Es una tragedia. Y con esto claro, enfoquémonos en quienes reclutan a los menores de edad.

Poner armas en las manos de un menor de edad para que mate policías, soldados o civiles es no solo un crimen de lesa humanidad, es también poner la vida del menor en peligro pues la persona que esté bajo ataque podrá defenderse y matar a ese menor. Quienes reclutan menores de edad, ponen armas en sus manos y los entrenan para matar son quienes han llevado a ese niño a la categoría de combatientes y -así no nos guste- los han convertido en objetivos militares legítimos de acuerdo a muchos tratados internacionales, de los que Colombia es signataria.

Es muy triste y genera repudio la muerte de niños por acciones militares, pero no nos dejemos confundir pues permitir que nos cambien la narrativa para culpar al Estado y no responsabilizar a los reclutadores es dejar impunes varios crímenes de lesa humanidad, como se señaló anteriormente.

Los bombardeos a campos terroristas es un arma importante con la que cuenta el Estado. No es fácil para soldados de a pie llegar e incursionar en esos campamentos. Intentar incursionar con infantería en esos sitios alejados de vías de comunicación, en medio de la selva, con varios anillos de seguridad, son operaciones suicidas.

¡Tengan presente que los terroristas no hacen sus campamentos en pleno centro de la ciudad! Igualmente realizar labores de inteligencia para determinar la presencia de menores puede ser casi imposible.

Y entonces, ¿cómo evitamos que los niños sigan siendo utilizados como carne de cañón, como escudos humanos, como esclavos sexuales? Combatiendo de manera frontal a los grupos delincuenciales que los reclutan. Castigando esos crímenes y no dando impunidad (y mucho menos curules) a los que reclutan y a los que ordenan o toleran reclutar menores.

La gran mayoría de reclutamientos son fruto de raptos o amedrentamiento de las familias que deben entregar a sus hijos para alimentar las filas de los grupos irregulares. No es cierto que es por falta de Estado o por falta de oportunidades. A un niño de 12 años se lo llevan a la brava, no por su libre decisión. Los niños que viven en zonas de alto riesgo son raptados incluso si están en la escuela del pueblo. Claro, la narrativa anti-Estado de quienes llevan años en la oposición ha convencido a mucha gente que solo el estado es responsable poniendo un velo encubridor sobre la responsabilidad de los grupos terrorista. Ahora esa oposición es gobierno. Veremos que van a hacer para combatir el reclutamiento forzado de menores.

Anunciar que los bombardeos se detienen por la posible presencia de menores en los campamentos lo que consigue es que se recluten más menores para poderlos usar de escudos humanos. ¿Una falla inocente en la estrategia hacer pública esa decisión?

El Estado debe actuar contra los grupos terroristas por impopular que esto parezca. Y el derecho de guerra ampara las operaciones militares contra blancos legítimos. Lo que le corresponde a la sociedad civil es dejar de abrazar a los culpables de crímenes de lesa humanidad.

@ghitis

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