Inspeccionar y actuar sobre el flujo de datos en las redes: una necesidad urgente en ciberseguridad
Algunas organizaciones aún dudan de la necesidad de contar con un NDR, bajo la premisa de que sus soluciones EDR ofrecen cobertura suficiente.
10:02 a. m.
Durante un incidente de ciberseguridad, es común escuchar expresiones como: “¡Si tuviéramos un analizador de tráfico!”, “¿Podemos desplegar un dispositivo para inspeccionar el tráfico?”, “¿Tienes telemetría o logs de tu red?”. Estas frases reflejan una necesidad clave: contar con visibilidad sobre lo que ocurre en la red para conectar las evidencias que surgen de los dispositivos afectados.
Cuando hablamos de inspección de red o análisis de tráfico “este-oeste”, nos referimos a la capacidad de observar la comunicación interna entre servidores, equipos y aplicaciones dentro de un centro de datos o red corporativa. Este enfoque, conocido como un NDR (Network Detection and Response), se ha convertido en un pilar indispensable de la ciberseguridad.
Aunque el concepto suene novedoso, la idea no lo es. Hace más de una década, tecnologías como IDS (Intrusion Detection System) e IPS (Intrusion Prevention System) cumplían una función similar: identificar y bloquear tráfico malicioso. Sin embargo, su evolución hacia el perímetro de la red redujo su alcance, dejando de lado la visibilidad sobre el tráfico interno, justamente donde hoy ocurren gran parte de los movimientos laterales de los atacantes.
Algunas organizaciones aún dudan de la necesidad de contar con un NDR, bajo la premisa de que sus soluciones EDR (Endpoint Detection and Response) ofrecen cobertura suficiente. No obstante, los EDR presentan limitaciones importantes: requieren tiempo para desplegarse, dependen de directorios activos que suelen estar desactualizados y no protegen dispositivos antiguos o sistemas menos comunes.
Es aquí donde un NDR marca la diferencia. Su valor radica en ofrecer una visión completa y continua de todos los dispositivos conectados, incluso aquellos que no admiten agentes de seguridad. Además, aporta inteligencia a las demás soluciones, fortaleciendo su capacidad de correlación y permitiendo descubrir servicios ocultos o comportamientos anómalos que podrían pasar inadvertidos.
La red, en definitiva, es una de las fuentes más confiables de información. Aunque los atacantes intenten evadir la detección, el tráfico deja huellas: patrones de comunicación extraños, conexiones inusuales o desplazamientos dentro de la red que revelan intentos de ataque.
La velocidad y sofisticación de las amenazas aumenta cada día, pensar que un NDR es un “complemento opcional” resulta arriesgado. Por el contrario, se trata de un elemento esencial para lograr una estrategia de seguridad integral, capaz de unir las piezas del rompecabezas digital y anticiparse a los movimientos de los adversarios.
Por todo esto, un NDR ya no es opcional. Es un componente esencial en las operaciones modernas de ciberseguridad. Al superar los desafíos de implementación y demostrar cómo complementa al EDR, podemos asegurar que un NDR se convierta en parte fundamental de la estrategia de seguridad de cualquier organización.